British Airways (BA) e Iberia se centrarán en buscar «socios que les fortalezcan» en lugar de aerolíneas con problemas, ya que «la consolidación se basa en la calidad, y no en la cantidad», según señaló el consejero delegado de BA, Willie Walsh, en una entrevista a la revista ‘Overview’ recogida por Europa Press.
El responsable de la compañía se mostró «muy confiado» en que la fusión entre ambas aerolíneas dará lugar a múltiples sinergias, que según recordó el presidente de BA, Martin Broughton, «tardarán cinco años en completarse», periodo en el que se publicará un informe anual sobre la evolución del proceso.
Una vez completadas, dichas sinergias podrían alcanzar los 400 millones de euros anuales, tras una integración cuyo coste aproximado se sitúa en torno a los 350 millones de euros.
Para conseguirlo, aseguró Walsh, será necesario «identificar y alcanzar las posibles sinergias en materia de costes», algo que, a su juicio, no ha conseguido hacer el grupo franco-holandés resultante de la fusión entre Air France y KLM.
Asimismo, estimó que en International Airlines Group (IAG) –nombre del grupo que presidirá Antonio Vázquez– una tercera parte de los beneficios provendrá de los ingresos, algo que consideró «más sencillo que la reducción de costes».
Por su parte, Broughton destacó el buen funcionamiento de las relaciones entre los equipos directivos de ambas aerolíneas y, aunque reconoció que el déficit de las pensiones en BA «sigue siendo un tema a tratar», aseguró que «no hay ningún signo de que Iberia vaya a recurrir a ello para cancelar la fusión en curso».
Otro de los problemas de la aerolínea es, según Walsh, el conflicto existente con los trabajadores, por lo que «hay que hacerle frente de una vez por todas para evitar que vuelva a salir a la superficie en un futuro».
En este sentido, aseguró que las ayudas para los viajes de la plantilla no han sido el punto central de la disputa, aspecto que los sindicatos han usado como «estrategema». «Si hubiéramos cedido en ese aspecto, habríamos reavivado el conflicto y alentado a este disfuncional sindicato», aseguró.
Walsh reconoció, sin embargo, que las huelgas están dañando la imagen de la marca, por lo alertó sobre la necesidad de tomar medidas para que su efecto acumulado «no alcance un grado tal que no permita recuperarse de ello».
REUNION CON EL MINISTRO DE TRANSPORTES
El consejero de BA indicó que el nuevo ministro de Transportes británico, Phil Hammond, reconoció ante él durante la reunión mantenida esta semana que «no se actuó lo suficientemente bien» en la gestión de la crisis de la nube de ceniza volcánica.
A este respecto, Walsh recalcó que «deben ser las aerolíneas quienes tomen las decisiones relativas a la seguridad, y no el Instituto Meteorológico», lo que constituye «un problema subyacente al que hay que hacer frente».
BA perdió durante el mes de abril cerca de 156 millones de euros por la nube de ceniza volcánica, que propició un descenso del 24,5% en su tráfico de pasajeros.
Por otro lado, Broughton criticó que el nuevo gabinete británico impida seguir adelante con la construcción de la tercera pista en Londres-Heathrow, puesto que a su juicio la decisión «es mala para BA, pero aún peor para Reino Unido».
«Tendremos que expandir el grupo desde Madrid-Barajas, en lugar de desde el aeródromo londinense», apostilló el presidente de la aerolínea.
