Chupa Chups sigue adelante con su decisión «irreversible» de dejar de producir el conocido caramelo de palo en la planta de Villamayor (Asturias) y basa su decisión en la rentabilidad de toda la compañía y no en el rendimiento de la planta asturiana.
Según informaron a Europa Press en fuentes de la empresa, una fábrica es «un centro de coste, por lo que no se puede hablar de rentabilidad, que es algo que se aplica al conjunto de la compañía».
De este modo, Chupa Chups responde a las declaraciones de los representantes sindicales de la factoría del Principado, que el pasado lunes aseguraron que la propia compañía habría reconocido la rentabilidad de la producción de la planta de Villamayor.
«Ahora mismo Chupa Chups cuenta con dos centros duplicados y una capacidad de producción desproporcionada», subrayaron las mismas fuentes, que sostienen que para ser «más competitivos» y mantener la presencia en España «es necesario concentrar toda la producción en un sólo centro».
El centro elegido por el fabricante de dulces para continuar con la producción del caramelo es el de Sant Esteve Sesrovires (Cataluña), «que está preparado para ello». Sindicatos y representantes de la compañía volverán a reunirse el próximo jueves.
El pasado lunes, los sindicatos de la planta de Chupa Chups en Asturias indicaron que tras la reunión con los representantes de la compañía «queda más que claro que la planta asturiana es rentable, competitiva y que tiene beneficios», algo que «ni siquiera los representantes empresariales niegan».
«Les hemos rebatido las cifras y les hemos puesto sobre la mesa datos y ni siquiera nos han negado la rentabilidad de la factoría, pero siguen empeñados en centralizar la producción en Barcelona alegando que es en el conjunto de España donde están las pérdidas del grupo», señaló a Europa Press el representante de CC.OO., José Antonio Sánchez.
