En 2009, los españoles utilizaron la tarjeta de crédito en el 38,81% de las operaciones efectuadas con instrumentos de pago distintos del efectivo, lo que supone una disminución del 0,15% con respecto a 2008.
A su vez, el cheque supuso el 2,04% de estos pagos (-0,49%), las transferencias el 14,55% (+0,06% frente a 2008) y los adeudos directos el 43,74% (+0,87%).
El Banco Central Europeo (BCE) publicó este lunes las estadísticas sobre pagos correspondientes al año 2009, que incluyen indicadores relativos a la utilización y al acceso por parte del público a los instrumentos y dispositivos de pago, así como al número y a los importes de las operaciones procesadas a través de los sistemas de pago.
Según estos datos, en 2009 el número total de operaciones efectuadas con instrumentos de pago distintos del efectivo en la UE se incrementó más de un 4%, hasta 82 millones de euros, en comparación con el año anterior.
Los pagos con tarjeta representaron casi el 40% del total de operaciones (llego hasta el 59% en Suecia y hasta el 57% en Irlanda), mientras que la mayor parte de las demás operaciones correspondió, a partes iguales, a las transferencias y a los adeudos directos (más del 26% cada uno).
MENOS IMPORTE
El importe total de las operaciones efectuadas con instrumentos de pago distintos del efectivo en la UE se redujo aproximadamente el 16%, hasta 227 billones de euros, lo que se plasmó en una nueva disminución (casi el 20%) del importe medio por operación, hasta 2.771 euros.
Las transferencias representaron casi el 90% del importe total de operaciones, y el resto correspondió, principalmente, a adeudos directos (7%) y a cheques (ligeramente por debajo del 3%).
El número total de tarjetas de pago en la UE fue estable en comparación con 2008, situándose justo por debajo de los 726 millones de tarjetas, lo que representa alrededor de 1,45 tarjetas por cada ciudadano de la UE.
El número de cajeros automáticos a disposición del público aumentó el 2%, hasta más de 430.000 cajeros, en 2009, en comparación con el año anterior, lo que significa que, al final de 2009, había unos 870 cajeros automáticos por millón de habitantes en la UE.
