El sector del metal registró en 2009 el peor dato de los últimos treinta años, con una pérdida de 180.000 empleos de media anual en España y una tasa de paro del 11,1% de la población activa, por lo que considera necesario establecer «medidas estructurales urgentes».
El Comité Ejecutivo de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal) se ha reunido hoy en la sede de la Federación Empresarial Metalúrgica Valenciana (Femeva), para analizar la situación por la que atraviesa el sector metalmecánico.
Los presidentes de Confemetal y Femeval, Carlos Pérez de Bricio y Vicente Lafuente, han coincidido en indicar que el ejercicio 2009 fue para el sector del metal el peor en décadas y han planteado propuestas de mejora que favorezcan un repunte de la actividad de las empresas.
«La actividad alcanzó de media anual un índice casi treinta puntos más bajo que en 2005, lo que supone el peor dato de los últimos treinta años», según detallaron en un comunicado. En tasas de variación, la actividad productiva del metal en España descendió un 24,6% de media anual.
No obstante, durante el primer semestre de 2010 los datos ofrecen mejores tasas de variación, aunque los índices de actividad siguen siendo muy bajos, según datos del sector. «Con todo ello no parece probable que los niveles perdidos durante esta recesión puedan recuperarse en un plazo medio, lo que seguirá afectando al empleo en el sector cuyos niveles de empleo tardarán años en recuperarse», ha indicado Pérez de Bricio.
PERDIDA EMPLEO
En 2009, el metal perdió 180.000 empleos de media anual en España y se registró una tasa de paro en el sector del 11,1% de la población activa. En términos de variación anual, el número de ocupados descendió un 14,9% en comparación con el año anterior.
En esta reunión se ha puesto de manifiesto que las medidas adoptadas hasta ahora, como los planes de estímulo al consumo y a la inversión de las distintas administraciones, no podrán repetirse en 2010, debido al fuerte endeudamiento contraído, con lo que su aportación al crecimiento económico se va a reducir. Además, la subida del IVA no favorece «en absoluto» la mejora de la demanda de consumo y perjudica la inversión empresarial.
También se ha señalado que el metal, por su elevado contenido tecnológico tanto en activos productivos como en mano de obra especializada, tiene una gran inercia, de forma que las empresas que se están viendo obligadas a cerrar por la crisis, no se reactivarán cuando se supere la fase de dificultades y desaparecerán definitivamente.
Esto provocará una disminución de la capacidad industrial, los empleos y las posibilidades de la economía de superar la crisis, según las mismas fuentes que han explicado que esto «traerá, a su vez, un aumento del riesgo de desindustrialización del conjunto de la economía».
INNOVACION Y RIESGO
La recuperación del sector del metal debe centrarse en la propia esencia de la actividad industrial, la innovación y el riesgo, y «sobre los que como en tantas otras ocasiones en la historia económica de España, empresarios, gestores, técnicos y trabajadores han de construir el futuro de la industria española», ha indicado Carlos Pérez de Bricio.
El comercio exterior se configura como el «posible motor de arranque de una mejora de la actividad productiva, aunque todavía no ofrece tasas de variación francas». No obstante, la buena evolución de algunas de las grandes economías europeas, a las que tradicionalmente se dirige la mayor parte de las exportaciones españolas y valencianas, «ofrecen el único dato que invita al optimismo».
La recuperación pasa por reactivar la demanda facilitando medios de pago en manos del público, con mejora de las condiciones en el acceso al crédito privado, estímulos a la financiación y ventajas fiscales en las compras de determinados bienes.
También consideran necesario agilizar los «costosos» trámites administrativos y reducir los plazos máximos de pago, empezando por las propias Administraciones Públicas, que deberían introducir un código ético y ejemplarizante de comportamiento que fomente el cumplimiento de las obligaciones de pago por el deudor, mejorar y flexibilizar las condiciones actuales de acceso al crédito y permitir refinanciar la deuda que las Administraciones Públicas tienen con las empresas, con coste cero.
Asimismo ampliar, promover e informar de los recursos y líneas de apoyo para la financiación de empresas e industrias a través de una mejora de las condiciones de los créditos ICO, que finalmente no llegan a las pymes por la «dureza» de sus exigencias, mejorar la situación financiera de las empresas ampliando y flexibilizando los plazos para pagar el IVA.
La misma ampliación y flexibilización debería aplicarse a los plazos de pago a la Seguridad Social, sin intereses de demora. Además, rebajar las cuotas para fomentar la creación de empleo, aumentar las deducciones en I+D+i, como medida de fomento de la inversión, beneficiando a las industrias ligadas a estas actividades y que a medio y largo plazo favorecería la competitividad en las empresas, reducir el Impuesto de Sociedades, como una medida adicional para conseguir liquidez que fomentaría, además, la competitividad empresarial.