El director general del Servicio de Estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, afirmó este lunes que la estrategia de consolidación fiscal y las reformas estructurales del sistema financiero -con la reestructuración de las cajas de ahorro-, del mercado laboral y de las pensiones, entre otras, son las que «han permitido remontar la situación crítica» de la economía española.
Malo de Molina clausuró el acto de presentación de las tesis doctorales que obtuvieron el premio Enrique Fuentes Quintana, convocado por la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas.
En su intervención, Malo de Molina indicó que «capear con éxito las aguas turbulentas de una crisis de la magnitud que hemos vivido depende en gran medida de la calidad del diagnóstico de la situación, de la calidad de las políticas e instituciones con que se afronta y de la permeabilidad de los gestores e la política económica».
Si, a nivel internacional, hubo riesgos y errores que pudieron evitarse gracias al bagaje y experiencia de anteriores crisis económicas, en el caso español «la crisis internacional vino a superponerse a los desequilibrios» propios, como un sector inmobiliario y financiero sobredimensionado y un aumento del desempleo que condujo a un fuerte deterioro de las cuentas públicas.
Por ello, la salida de la crisis en España «se presentaba con una complejidad particular y requería de políticas específicas» para corregir las distorsiones de la economía española.
«No bastaba con compensar el debilitamiento de la demanda», esto es, con medidas de estímulo, y «esperar al fin de la crisis internacional», dijo Malo de Molina.
De hecho, «la falta de adecuación» de las respuestas que se dieron a la crisis en España «sólo podía redundar en una erosión de la confianza y de la credibilidad que agravarían las condiciones de ajuste y dificultarían la salida de la crisis».
Estas políticas fueron, según el director general del Servicio de Estudios del Banco de España, un factor que «pudo pesar en la inestabilidad que afectó a la economía española durante la reciente crisis de la deuda soberana».
El análisis y la investigación económica rigurosa apuntaban a la necesidad de una reorientación profunda de la economía española y a la importancia de emprender ajustes para afrontar problemas estructurales.
Así, concluyó, «ha sido la adopción de una estrategia ambiciosa de consolidación fiscal y de reformas estructurales del sistema financiero, con la restructuración de las cajas de ahorros, del mercado de trabajo y de las pensiones, entre otras, lo que ha permitido remontar la situación más crítica que ha vivido la economía española desde su entrada en el euro».
