Iberdrola operará durante 60 años una central nuclear en Reino Unido por las garantías normativas del Gobierno

El gobierno inglés plantea este jueves su estrategia energética para reducir sus emisiones en un 80 por ciento en 2050

LONDRES, 16 (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Eva González)

Iberdrola construirá y operará durante 60 años una de las nuevas ocho centrales que se construirán en Reino Unido ante las «garantías» que ofrece la normativa de este país que busca asegurarse su suministro eléctrico del futuro con una reducción de las emisiones de carbono de un 80 por ciento en 2050.

Así, ante la falta de «consenso político actual» existente en España, la eléctrica española construirá, de la mano de GDF Suez y Scottish and Southern Energy –consorcio NuGen– la central nuclear de Sellafield, en West Cumbria, en el noroeste del país.

El director nuclear del consorcio NuGen, Alfio Vidal, ha explicado que Iberdrola invierte en nucleares en Reino Unido porque el Parlamento y el Gobierno han planteado un plan que contempla nuevas centrales, ofrece garantías regulatorias que permitirán amortizar la inversión a 60 años, siguiendo la política nacional que ha fijado el Gobierno en la que se prevé establecer un precio mínimo del carbono.

«En España no hay consenso, no hay ningún plan energético y lo único que hay son subvenciones a las renovables que promueven estas energías. Eso es en lo que está invirtiendo Iberdrola en España», ha señalado, al tiempo que ha reconocido que la falta de un marco regulatorio claro que permita pensar en invertir en nucleares «en el corto plazo» ni tampoco se ve que pueda hacerse a largo plazo puesto que el Gobierno cambio cada cuatro años, mientras una central nuclear supone una inversión que requiere un marco regulatorio a largo plazo que garantice que se pueda recuperar la inversión a 60 años.

Respecto a la política del Reino Unido, ha valorado su «esfuerzo muy grande» para atraer inversiones y ha subrayado que están «dando los pasos adecuados».

De este modo, ha explicado que para la construcción de la central de Sellafield se han seleccionado 200 hectáreas de terreno con una opción de compra de 70 millones de libras, que durante su construcción se requerirán hasta 5.000 empleos directos y durante su operación se crearán 800 empleos directos que se mantendrán cerca de 100 años, entre los 60 de operación, la construcción y el desmantelamiento.

ESTRATEGIA DE BAJO CARBONO

En este contexto, el Gobierno del Reino Unido ha presenta este jueves el Documento de Estrategia Energética para su discusión en el Parlamento, en el que expone su estrategia energética para el futuro, al menos hasta 2035.

En este sentido, el director adjunto para la nueva construcción nuclear del departamento de Energía y Cambio Climático, Hergen Haye, ha apuntado que el documento recoge las fórmulas para conseguir una energía de bajo carbono llegando a un «equilibrio» respecto a lo que «el interés nacional aconseja».

De este modo, ha agregado que la reforma del mercado de la electricidad propone introducir un precio base del carbono, garantizar que todas las instalaciones de bajo carbono tengan una garantía de precio para el futuro y establecer regulaciones para el futuro, que aseguren que se apoye suficientemente la construcción de nuevas centrales nucleares.

En todo caso, aunque Reino Unido no dará subvenciones directas a la nuevas plantas atómicas, éstas sí podrán beneficiarse de los apoyos o ventajas que se ofrezcan a todas las tecnologías de bajo carbono. «No estamos dando subsidios a los operadores y no habrá instrumentos de apoyo específico a las nucleares, pero sí estímulos a tecnologías de cero CO2 y penalización a las energías que emitan carbono», ha precisado.

Por otro lado, la estrategia de futuro que plantea el gobierno británico también contempla la creación de un banco de inversión verde que no va a financiar la tecnología nuclear pero sí otros negocios verdes.

En definitiva, el Gobierno de Reino Unido plantea eliminar todos los impedimentos normativos, económicos y de inversión, de modo que sea atractivo participar en la construcción de centrales nucleares para ir sustituyendo al actual parque nuclear, al tiempo que se reduzcan por completo las emisiones de CO2, penalizando a los que sí emitan carbono, que se pueda lograr la seguridad energética del país y reducir la dependencia energética exterior así como de los combustibles fósiles.

El secretario de Energía y Cambio Climático de Reino Unido, Chris Hunne, ha asegurado que las reformas descansan en la creación de una «economía sostenible, que atraiga miles de millones de inversión al Reino Unido mediante una mayor certeza, garantías de seguridad y de crecimiento de empleo, y dando al país una ventaja real competitiva en mejora de las tecnologías energéticas avanzadas».

Concretamente, el documento de estrategia energética presentado por el Gobierno en el Parlamento para su discusión, plantea que en 2030 tres cuartos de la electricidad sean bajos en carbono; que aproximadamente el 30 por ciento de la energía provenga de renovables en 2020 frente al 7 por ciento actual; que la economía esté ampliamente descarbonizada en 2030 para que el país se «mantenga en la línea de cumplir los objetivos de cambio climático» pero garantizando la actividad económica.

Además, el paquete energético del Gobierno británico propone que al intensidad de carbono del mix eléctrico se reduzca de los 500 gramos de C02 por kilowatio hora hasta los 100 gramos de CO2 por kilowatio hora en 2030.

En todo caso, Hergen Haye ha advertido de que los tiempos de la energía barata «se han acabado» y que, puesto que el precio subirá, esto se compensará con un menor consumo o un consumo más eficiente.

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