La XXXI edición de la Feria Internacional de Turismo de Madrid, Fitur, que concluye hoy, ha confirmado que la recuperación del sector turístico es un hecho indiscutible y, salvo algún imprevisto importante, 2011 será un año de crecimiento, según su director, Ana Larrañaga.
Según los datos preliminares que maneja la organización, unos 210.000 personas visitaron la feria entre los profesionales y el público en general.
El número de visitantes profesionales aumentó un 1,5 % respecto al certamen anterior, mientras que el público que acudió a Fitur el sábado, en la primera de las dos jornadas abiertas, superó en un 6 % al de la edición 2010.
Larrañaga indicó hoy a EFE que la edición 2011 de la feria ha sido mucho mejor que la anterior desde el punto de vista de contactos y satisfacción de todos los expositores, tanto del área empresarial como institucional.
Recordó que ya en su arranque, la valoración del certamen era más positiva que hace un año, gracias a una mayor representación sectorial, con el regreso a la feria de importantes empresas como Iberia, Accor o Amadeus, tras dos años de ausencias.
La valoración del secretario general de Turismo y Comercio Interior, Joan Mesquida, va en la misma dirección, ya que calificó esta XXXI edición como «el Fitur de la recuperación» en su visita al certamen el pasado viernes.
Mesquida destacó, asimismo, el ambiente de confianza vivido durante las tres jornadas profesionales de la feria.
Desde el punto de vista de los negocios, hay diferentes opiniones, para algunos no ha sido un buen Fitur, mientras que la mayoría de los participantes ha podido constatar las buenas perspectivas de recuperación económica para Europa y una evolución positiva de las reservas que manejan los tour operadores internacionales de cara al verano.
Durante las tres primeras jornadas se llevaron a cabo múltiples actos, presentaciones y conferencias y en una de ellas el presidente de la cadena HUSA y del Consejo de Turismo de la CEOE, Joan Gaspart, opinó que, tras la crisis, el sector no volverá nunca a los tiempos pasados y los futuros serán diferentes, lo cual «no quiere decir que sean mejores, ni peores».
Y esta adaptación de la industria turística a las nuevas tendencias y a las más modernas tecnologías se pudo percibir en esta edición de Fitur, que ha sido un escaparate de los más modernos dispositivos, especialmente de las pantallas táctiles.
También ha confirmado que existen nuevos destinos y productos turísticos de gran calidad e interés en cualquier parte del mundo y que la segmentación de la oferta y el trato diferencial para grupos de viajeros con intereses específicos son una tendencia irreversible.
Ejemplo de ello ha sido, entre otros, un espacio muy amplio dedicado este año al turismo LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) que ha despertado mucho interés entre los visitantes.
Por el lado empresarial, destacó la importancia que tienen las alianzas entre empresas, incluso rivales, como la de NH Hoteles y Husa, que han conseguido importantes ahorros en la compra conjunta de productos y servicios en España, gracias a la plataforma Coperama creada a finales de 2009.
Durante las jornadas abiertas al público (el precio de las entradas fue de 8 euros), los visitantes han podido conocer la oferta internacional, destacando el stand de Israel, con su oferta cultural y la promoción del Mar Muerto para que sea elegido una de las siete nuevas maravillas.
El espacio expositivo de Túnez también ha sido muy visitado para trasladarle a su pueblo mensajes de ánimo y de solidaridad ante el cambio de régimen político en el país.
Por su parte, en los pabellones ocupados por las comunidades autónomas españolas siempre se podía encontrar fiesta y jolgorio.
En esta parte de Ifema (impar) se ha podido ver stands que casi ocupan pabellones enteros, como el de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía o la Comunidad Valenciana, algo quizá un poco exagerado para los tiempos que corren.
