Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) y los trabajadores de su fábrica en Sevilla han alcanzado este viernes un principio de acuerdo para la aplicación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que recogerá las condiciones pactadas en 2008, antes de que la empresa asturiana alquilara la fábrica por un plazo de cuatro años a Clesa, perteneciente a Nueva Rumasa.
Este ERE comenzará a aplicarse después de que el grupo de la familia Ruiz-Mateos decidiera terminar con el contrato de alquiler el pasado 14 de diciembre, lo que provocó el retorno de los trabajadores a Capsa.
Fuente sindicales han señalado a Europa Press que el ERE contempla el pago de 40 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades, pero no contiene las prejubilaciones que en 2008 sí se incluyeron, ya que el documento del ERE que se acordó entonces añadía que si los trabajadores retornaban a Capsa tras el alquiler de la fábrica a Nueva Rumasa esta parte se eliminaría.
Este principio de acuerdo se someterá a votación entre los trabajadores en una asamblea prevista para el próximo lunes, donde «en principio no debería de haber problema» y ese mismo día el comité de empresa volverá a reunirse con la empresa para informales sobre la decisión de los empleados.
DEUDA DE CLESA
El comité de empresa ha incluido en el documento del ERE actualizado la deuda que Clesa mantiene con los trabajadores de la fábrica, que asciende a las pagas extras de Navidad y beneficios, que se debería haber recibido el 1 de marzo, y las nóminas de enero, febrero y la liquidación hasta el 11 de marzo, fecha en la que volvieron a formar parte de Capsa.
Actualmente la plantilla de Capsa en Sevilla está formada por 62 trabajadores que pertenecen a Central Lechera Asturiana.
