Cajastur y CAM negocian a contrarreloj sobre pedir fondos públicos y mantener la unidad de Banco Base

Cajastur y la CAM negocian a contrarreloj para solucionar sus discrepancias respecto a la necesidad de solicitar fondos públicos para cumplir con las exigencias de capital establecidas por el Gobierno y mantener la unidad de Banco Base, informaron a Europa Press en fuentes del sector.

La caja asturiana y la alicantina están en desacuerdo respecto a la valoración de activos de la CAM, después de que ésta diera a conocer al Sistema Institucional de Protección (SIP) unos resultados peores de lo esperado, con una morosidad del 9% y una elevada exposición al sector inmobiliario.

Según los cálculos del Banco de España, Banco Base -que engloba a Cajastur, CAM, Caja Extremadura y Caja Cantabria- requiere un total de 1.447 millones de euros para alcanzar el requisito de capital del 10%, umbral del que se aleja en 1,8 puntos porcentuales.

Los planes iniciales de Banco Base pasaban por su salto al parqué, pero el consejo de administración no ha adoptado ningún acuerdo para iniciar los trámites del salida a Bolsa, y Cajastur se inclina en la actualidad por recurrir a las ayudas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para cubrir el hueco de capital.

Según la entidad que lidera Manuel Menéndez, los números de la CAM ensombrecen la salida a Bolsa del grupo, y tendría menor coste acudir a los fondos públicos, ya que el FROB hará una valoración más ajustada a la realidad que la de los mercados, según los sondeos realizados.

En este sentido, los socios de Banco Base liderados por Cajastur apoyan que sea la CAM la que asuma la mayor parte del peso del recurso a las ayudas del FROB, que implican la nacionalización parcial de la entidad y la entrada de consejeros de este organismo en el banco.

Por su parte, la caja alicantina atribuye las discrepancias a la intención de Cajastur de reducir el peso de la CAM en la fusión, según fuentes financieras, y oficialmente sostiene que no hay conflictos en el seno del SIP.

Tanto el Banco de España como la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) están mediando para evitar que fracase la fusión de Banco Base, que ha de presentar antes del lunes su plan de recapitalización al organismo que preside Miguel Angel Fernández Ordóñez, al igual que todas las entidades que no cumplen con los nuevos requisitos de capital.

El SIP está participado por Cajastur y la CAM en un 40%, respectivamente, así como por Caja Extremadura (11%) y Caja Cantabria (9%), y se creó con el objetivo de permitir a estas entidades convertirse en un grupo eficiente y solvente en el sistema financiero español.

El grupo se articula en torno a una entidad central, cuyo nombre provisional es Banco Base y cuya sede está en Madrid, al que las cajas participantes han delegado todas las facultades necesarias para la efectiva gestión y dirección unitaria del SIP y al que han decidido traspasar su negocio bancario.

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