No hay persona a la que no le guste recibir un regalo, pero ¿han pensado en la importancia del exterior, del envoltorio que contiene ese presente? Si las personas entramos por la vista, ¿por qué no va a pasar lo mismo con ese reloj, ese libro o ese perfume que nos regalan? La apariencia cuenta lo suyo, aunque evidentemente luego nos quedamos con el interior.
Por eso, la empresa Aveda ha pensado en la importancia que tiene el papel y lo han convertido en el elemento estrella de sus cofres de Navidad. Bien es cierto que no han apostado por una papel cualquiera, sino por papel lotka de Nepal que elaboran manualmente los habitantes del Himalaya.
La artesanía local, con más de 900 años de historia, corre el riesgo de desaparecer y comprándoles esa producción de papel, lo que llevan haciendo cinco años, los de Aveda consiguen, como mínimo, cuatro cosas: apoyar una industria que emplea a más de 4.900 personas, servir de sustento a unas 2.400 familias, frenar la deforestación de cerca de 34.000 acres de bosques y, en consecuencia, proteger a los animales que los habitan y que se encuentran en peligro de extinción.
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