España cae al puesto 136º entre los países con facilidades para poner en marcha una compañía
Pese a los reiterados anuncios de reformas para facilitar la creación de empresas, España sigue siendo uno de los países del mundo en que resulta más difícil poner en marcha un negocio.
Montar un negocio en nuestro país suele convertirse en un interminable y agotador maratón. Los emprendedores que hayan superado el gran obstáculo para abrir una empresa, la falta de financiación, no pueden, ni mucho menos, echar las campanas al vuelo.
Han de hacwer todavía un humillante y costoso periplo por las distintas administraciones (Gobierno, comunidades autónomas y ayuntamientos) para obtener los numerosos permisos y autorizaciones necesarias antes de empezar a ejercer la actividad y generar sus primeros ingresos.
España ocupa el puesto 136º de los 185 países examinados por el Banco Mundial en su último informe Doing Business 2013. Son tres puestos por debajo del año 2012.
Hacen falta 10 trámites y 28 días, un coste equivalente al 4,7% de la renta por habitante y un capital mínimo que representa un 13,2% de esa renta por habitante.
En los países en que es más fácil crear una empresa es en Nueva Zelanda, Australia y Canadá, de los más desarrollados del mundo, y en los que es más difícil en Costa de Marfil, Irak y Surinam.
España es uno de los países avanzados donde es más difícil crear una empresa. Es más complicado que en Afganistán, Albania, Burundi, Irán, Kosovo, Kenia, Marruecos, Nepal, Nicaragua, Ruanda, Senegal, Tanzania, Yemen o Zambia, entre muchos otros países, según el informe.
Venezuela es el país no africano peor situado en la clasificación.
A instancias de la Comisión Europea, el Ministerio de Economía y Competitividad prepara nuevas medidas para poder crear una empresa en tres días, con un coste máximo de 100 euros.
Pero el gran reto no es aligerar el primer nivel en la creación de empresas (darse de alta como autónomo o crear una sociedad son procedimientos relativamente sencillos y baratos), sino conseguir reducir y abaratar la multitud de permisos y autorizaciones en manos de comunidades y ayuntamientos.
Según los cálculos de los autónomos agrupados en ATA, abrir un negocio que suponga la apertura de un local de más de 300 metros requiere un mínimo de tres meses, tiempo que se puede alargar hasta los nueve.
Si amplio es el tiempo, no menos importante son los costes, que pueden alcanzar los 6.000 euros, repartidos de la siguiente manera:
- certificación negativa de nombre de la sociedad (20-23 euros)
- otorgamiento de Escritura Pública y Estatutos (unos 260 euros)
- inscripción en el Registro Mercantil (entre 200 y 500 euros)
- legalización de los libros (17 euros)
- tasa por licencia para abrir un local (en torno a unos 600 euros)
- proyecto técnico (mínimo 1.200 euros)
- informes medioambientales (500 euros)
- autorización medioambiental (mínimo 300 euros)
- licencia de obras (mínimo entre 1.000 y 2.000 euros)
- estudio prevención de riesgos laborales (mínimo 250 euros)
- documento seguridad protección de datos (mínimo de 150 euros)
- registro de marcas o nombre comercial en España (unos 150 euros)
- el diseño (de 100 euros en adelante)