El presidente de Enagás, Antonio Llardén, ha asegurado este miércoles que tendría «poco sentido socio-económico» que se construya una regasificadora en Tenerife y que, en cambio, no se llegara a un consenso para hacer lo propio en Gran Canaria.
Así se ha expresado el presidente del operador del sistema gasista español al respecto de la polémica en Gran Canaria con la ubicación de la planta de regasificación. «Hasta ahora cuando hemos tenido algún conflicto con el gas ha sido por lo contrario, por no tener gas, porque se piensa, con razón, que trae beneficios medioambientales y económicos», ha asegurado Llardén en un acto con periodistas canarios. Explicó, en todo caso, que «se puede construir una y no la otra» y «aquí paz y allá gloria», pero eso tendría «poco sentido», remarcó. La construcción de cada planta genera en torno a 1.000 y 1.500 puestos de trabajo, que luego sería operada por sobre 100 personas cada una. Llardén confió en que «lo normal» es que «una vez iniciada la de Tenerife», se pueda alcanzar un «consenso con todo el mundo para Gran Canaria». Sobre las características de seguridad, Llardén dijo que eso es «lo más importante» en su operativa. «Tenemos un récord en seguridad y nunca hemos tenido ningún incidente grave», remarcó. Sobre la posición estratégica de Canarias, dijo que se encuentra «muy bien situada» porque ya está en el paso de buques metaneros, que vienen de Nigeria o Perú a la península. «Canarias es una zona perfectamente habilitada», dijo.
