Iberdrola tomará una decisión acerca del cierre de centrales de ciclos combinados de gas una vez reciba la autorización del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, y lo hará en función de la evolución de la demanda de electricidad, indicó el presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, en una conferencia con analistas.
«Ya hemos pedido cerrar algunas plantas. Si se aprueba, dispondremos de tiempo para decidir si se cierran o no en función de la evolución de la demanda», afirmó Galán, quien recordó que el sistema eléctrico adolece de «sobrecapacidad» de potencia, si bien ya se está detectando un aumento del consumo. El presidente de la compañía indicó además que el efecto del cierre de las plantas podría oscilar entre 80 y 100 millones de euros por cada instalación, si bien estas cifras «dependen del momento y de cada situación». «En todo caso, no se ha tomado una decisión definitiva», señaló. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ya ha dado el visto a las peticiones de cierre de la central de Endesa de Foix y de la de Iberdrola en Castellón, con lo que la clausura queda solo pendiente del visto bueno de Industria. Fuentes de Industria indicaron a Europa Press que el Gobierno, si cuenta con los informes favorables de Red Eléctrica de España (REE) y de la CNMC, procederá como es su obligación a autorizar los cierres. Por otro lado, los directivos de Iberdrola indicaron durante la conferencia con analistas que esperan disponer antes de que concluya el año del nuevo desarrollo regulatorio acerca de la retribución de la actividad de distribución. Para este año, la eléctrica aún no realiza pronósticos acerca de sus resultados, pero sí adelanta que las actividades de redes y renovables se están comportando mejor de lo previsto, lo que contrasta con los resultados de los negocios de generación y suministro.