El escenario tras el 24-M no está frenando la actividad de compra de las empresas españolas, según EY

El escenario de incertidumbre política tras las elecciones del 24 de mayo, con el ascenso de formaciones como Podemos o Barcelona en Comú, no está afectando de momento a las operaciones de compra de las empresas españolas. En todo caso, es previsible que se aplacen las grandes transacciones a la espera de ver qué ocurre en las generales de finales de año.

Así lo percibe el responsable del área de Asesoramiento de Transacciones de EY, Rafael Roldán, quien ha presentado, junto a la asesora senior del área, Maite Ballester, el informe sobre ‘Capital Confidence Barometer 2015’.

Según explican, la recuperación económica está haciendo que las empresas se enfoquen más a la expansión y a la reducción de costes. La encuesta concreta que un 59% de las empresas españolas estaba enfocada hasta el mes de abril en crecer, frente al 37% de un año antes, y que un 50% de ellas esperaba por entonces cerrar transacciones en los próximos 12 meses, 20 puntos porcentuales más que en octubre de 2014.

Cierto es que este informe fue elaborado a partir de las opiniones de 1.600 ejecutivos antes de las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, pero también que las operaciones de compra por parte de empresas no han cesado en España tras los comicios. «Por ahora nadie está parando el reloj», ha resumido Roldán.

Así, ha puesto como ejemplo la compra de Testa por parte de Merlín Properties, en un sector como el inmobiliario, que es uno de los más expuestos a las decisiones que se toman desde los consistorios o los gobiernos regionales.

Respecto a las razones por las que la incertidumbre política no estaría suponiendo un freno a este tipo de operaciones, son múltiples para Roldán. En primer lugar, que España es un Estado de la UE con un marco regulatorio bastante estructurado, que se está beneficiando además de un retorno de la financiación bancaria.

Ballester ha añadido además que, en todo caso, los problemas podrían surgir en el caso de sectores regulados o más apegados a las políticas locales.

Otro motivo es, según la experiencia de Roldán con inversores, que existe el convencimiento de que las medidas anunciadas por las fuerzas emergentes que podrían hacer temer a las empresas luego se verán aguadas por las limitaciones que impone la realidad.

«Vivimos en un entorno en el que impera el sentido común, así que se pueden plantear medidas muy idealistas, pero cuanto te cuentan cómo tienes que pagar las cosas, entonces la gestión ya es muy diferente», ha añadido.

YA NO PREOCUPA CATALUÑA.

Por otro lado, el informe señala que lo que más preocupa ahora mismo a las empresas es la posible salida de Grecia del euro (39%) y, en segundo lugar, junto a Podemos, que hace un año inquietaba más, el conflicto independentista en Cataluña (31%).

El responsable de Transacciones de EY ha indicado que hace un año éste último punto era un gran problema y que, poco a poco, también va perdiendo fuerza. A modo de ejemplo, Ballester ha señalado que desde la City Londinense han estado dos años pidiendo informes a las empresas españolas sobre las implicaciones de este proceso en el mercado de inversión y ha asegurado que «eso ya no ocurre».

EL PROBLEMA PODRIA PLANTEARSE TRAS LAS GENERALES.

Sobre el hecho de que se hayan paralizado grandes operaciones por el efecto de las elecciones, como la que afecta al desarrollo de Chamartín, en Madrid, Roldán ha afirmado que suele ocurrir meses antes de periodos electorales, más aún cuando se trata de operaciones con un gran impacto urbanístico, con multitud de agentes implicados, puesto que los inversores necesitan conocer el tablero en el que jugarán durante los siguientes cuatro años.

Este efecto queda reflejado en el informe, en el que el 61% de los consultados afirma que se centrará durante los próximos trimestres en operaciones de hasta 250 millones de dólares (223 millones de dólares), el 31%, en aquellas entre 251 y 1.000 millones de dólares (900 millones de euros) y sólo un 8%, en compras superiores a ese importe.

Según Ballester, lo que en todo caso podría paralizar el mercado no sería tampoco una percepción de España como un país corrupto, ya que en realidad comparte puesto en este aspecto junto a países como Italia o Alemania, sino cambios bruscos en las reformas emprendidas tras las elecciones generales, como una derogación de la reforma laboral. «Eso sería un revés para el inversor internacional», ha asegurado.

LAS EMPRESAS AFRONTAN EL CAMBIO DE MODELO PRODUCTIVO.

Además, Roldán ha señalado en este punto que, lejos de dar marcha atrás en las reformas, es preciso afrontar una pendiente que es la de la educación, enfocada a lograr que los desempleados puedan acceder a empleos de calidad.

Roldán se ha referido a ella porque el informe evidencia que las empresas españolas se están empezando a posicionar para adentrarse de cara al futuro en un mercado más tecnológico y más basado en el conocimiento, en el que no tendrían cabida millones de los actuales parados.

Sólo un 37% de las empresas prevé aumentar plantillas en España en los próximos doce meses. Al mismo tiempo, el 35% está orientando su expansión hacia la adquisición de talento y el 31% al acceso a nuevas tecnologías y propiedad intelectual, en sectores como el de los productos industriales (67%) o la tecnología (57%).

Para ello, sus principales mercados en el exterior, al que han salido forzadas por la parálisis de los mercados domésticos durante la crisis, son China, Brasil o EE.UU.

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