Los españoles dedican medio año de trabajo a pagar impuestos, según Civismo

Un trabajador con un sueldo medio de 24.400 euros brutos al año dedica 182 días de trabajo al año al cumplimiento de sus obligaciones tributarias para sostener el Estado del Bienestar y empezar a generar ingresos para su propio disfrute, según el think tank Civismo.

Concretamente, este trabajador necesitaría 102 días de trabajo para pagar las cotizaciones a la Seguridad Social, 38 días para el IRPF, 25 para hacer frente al IVA, 11,5 para cubrir los impuestos especiales y, finalmente, 5,5 días para pagar otros impuestos.

Sin embargo, el informe contabiliza no sólo la renta bruta, sino el coste total del trabajador para la empresa, al sumar también las cotizaciones del empresario a la Seguridad Social. Así, para una renta de 24.400 euros, el coste laboral sería de 31.696 euros.

Según Civismo, hay que incluir en el sueldo bruto las cotizaciones a la Seguridad Social por parte de la empresa y fusionarlas con las cotizaciones del trabajador para reflejar así la carga fiscal real.

En cualquier caso, con estas obligaciones tributarias por delante, el día en que podría empezar a trabajar para engrosar sus cuentas particulares sería el 1 de julio, el que llama el ‘Día de la Liberación Fiscal’, que es precisamente el miércoles.

Por primera vez en los últimos cinco años el ‘Día de la Liberación Fiscal’ se ha adelantado gracias a la reforma que entró en vigor el pasado 1 de enero y la bajada de algunos impuestos autonómicos. Según el informe, el Estado se lleva la mitad de la renta de los trabajadores, pero lo hace de una forma diseminada para que el contribuyente no se escandalice.

Para analizar el esfuerzo fiscal en función del nivel de renta, Civismo ha tenido en cuenta cinco supuestos: una persona que gana 15.500 euros (el sueldo más común en España), otra que percibe 19.300 (el salario mediano), una renta media de 24.400 euros, un sueldo de 40.000 euros y otro de 100.000 euros.

El estudio concluye que el esfuerzo fiscal crece con el salario bruto y varía del desde el 8 de junio para una renta de 15.500 euros hasta el 7 de julio para una renta de 40.000 euros, lo que implica 29 días de diferencia entre un mileurista y un trabajador acomodado.

De hecho, a partir de cierto nivel de renta el esfuerzo fiscal de los trabajadores se reduce en seis días porque las cotizaciones a la Seguridad Social tienen un tope máximo y porque el IVA afecta menos a los más acomodados.

EL IMPACTO DEL IVA

En este sentido, Civismo explica que el IVA es el tributo que, a pesar de contar con diferentes tipos reducidos, hace que el esfuerzo fiscal de aquellas rentas bajas que dedican todos sus ingresos al consumo sea mayor que el de las familias acomodadas, ya que estas últimas pueden destinar parte de su renta al ahorro, y por tanto, a esa parte no se le aplica IVA.

Además, recuerda que un estudio del Institute of Economic Affairs (IEA) afirma que la forma más efectiva de reducir el número de necesitados es gravarles menos. De hecho, considera que recortar a la mitad los impuestos especiales y bajar el IVA al 15% reduciría la evasión fiscal, la economía sumergida y estimularía el crecimiento económico. Además, devolvería el dinero a los más desfavorecidos, ayudando a reducir el gasto social y la intervención del Gobierno en la vida de los contribuyentes.

Al analizar la fiscalidad del trabajo se ve cómo la renta media española está gravada al mismo nivel que en Suecia o Finlandia, a
pesar de que el sueldo medio de estos países es un 70% superior. En cambio, Dinamarca, Luxemburgo, Reino Unido, Noruega o Irlanda son otros países que, con niveles de renta media muy superiores a la española, tienen unos tipos impositivos mucho más reducidos: entre el 28% y el 38%, respectivamente.

El informa analiza también el impacto de la reforma fiscal y asegura que se ha traducido en una rebaja de 230 euros anuales en IRPF para un trabajador medio con una renta bruta de 24.400 euros. Aún así, admite que habrá que esperar a 2016 para ver que el Gobierno cumple sus promesas e implementa la segunda parte de la reforma.

DIFERENCIAS POR COMUNIDADES

Civismo analiza también la carga fiscal en las diferentes comunidades autónomas y concluye que el esfuerzo fiscal varía mucho de una comunidad a otra. Actualmente, existe una horquilla de hasta 7 días entre La Rioja, País Vasco y Navarra (en las que se hace el menor esfuerzo fiscal) y Cataluña (la de mayor presión tributaria).

Así, para un ciudadano medio, vivir en Cataluña costaría 7 días más de trabajo al año y 594 euros extra en comparación con un residente navarro.

La razón de esta diferencia se debe, sobre todo, a que el Impuesto sobre la Renta y el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) de Barcelona está muy por encima de la media. Además, el Impuesto de Circulación y el de Venta Minorista de Hidrocarburos también son más elevados.

En cambio, en Navarra, País Vasco y La Rioja, el Día de la Liberación Fiscal se celebra el 28 de junio, 3 días antes que la fecha media nacional. Esta diferencia se debe también en gran medida a los impuestos municipales como el IBI o el Impuesto de Circulación.

Los contribuyentes se ven beneficiados también por la falta del gravamen autonómico sobre la Venta Minorista de Hidrocarburos y por un Impuesto sobre la Renta más reducido en estas tres comunidades.

No obstante, en el caso del País Vasco, es precisamente este tributo el que causa esa diferencia con la media nacional, de modo que los contribuyentes de estas tres comunidades se ahorran en torno a 200 euros al año en impuestos.

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