Cepsa emplea más de 2.000 trabajadores diarios durante la parada programada de una planta en Huelva

La Refinería ‘La Rábida’ de Cepsa, ubicada en Palos de la Frontera (Huelva), ha acometido durante el mes de junio la primera parada programada oficial de la planta de Combustibles 2, desde que esta iniciara su producción en el año 2010. Para llevar a cabo los trabajos programados para la parada, se ha contado con una media de 2.000 trabajadores diarios de empresas contratistas, a los que habría que sumar el personal propio de Cepsa.

Esta parada ha tenido especial relevancia no sólo por el volumen de trabajos realizados, tanto de mantenimiento como de inspección, sino por la ejecución de nuevos proyectos, han informado desde la compañía.

Además, destacan que el desarrollo de una parada requiere de un gran trabajo de coordinación de todas las unidades y departamentos que participan; desde el área de Compras y Almacén hasta el área de Operaciones, pasando por Mantenimiento, Ingeniería, Medio Ambiente y, por supuesto, Seguridad.

Esta coordinación, junto al riguroso control de las tareas diarias, resulta esencial para garantizar la seguridad de las personas y de las instalaciones. En este sentido hay que destacar que durante la parada no se ha producido ningún accidente ni incidente, cumpliéndose el índice cero de accidentabilidad, objetivo constante y valor esencial de la compañía.

«Una parada programada no es solo una prescripción legal, es también la oportunidad de confirmar que tus plantas y unidades operan con las mejores técnicas disponibles y las mayores garantías de seguridad», ha asegurado el director de la refinería, José Antonio Agüera, quien ha remarcado además que «un número tan importante de mano de obra pone de manifiesto la voluntad de Cepsa por la mejora, por la innovación, por la responsabilidad e, indudablemente, por la economía de Huelva».

La Planta de Combustibles 2, que se puso en marcha en abril de 2010 e inaugurada por el Rey de España en aquellas fechas Juan Carlos I en octubre del mismo año, fabrica productos energéticos, como el queroseno y el gasóleo, y materias primas que se destinan a otras unidades de la refinería. Su unidad más importante es la de Hydrocracking, que maximiza la producción de gasóleo de automoción de la Refinería. Con esta unidad, ‘La Rábida’ logra flexibilidad para procesar crudos de diversas calidades e incrementa el nivel de conversión.

La planta tiene una capacidad de destilación de 4,2 millones de toneladas anuales de petróleo y, desde su puesta en marcha, ha situado a la refinería entre las instalaciones europeas más eficientes. A su vez, el ahorro energético y la integración entre sus unidades primaron en el diseño de esta planta que contó con una inversión cercana a los 1.000 millones de euros.

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