El presidente de la Fundación Ernest Lluch y exministro de Industria, Joan Majó, ha advertido este jueves en Santander de que la «imposibilidad» de asumir el coste sanitario del envejecimiento de la población, el terrorismo yihadista y el calentamiento global son las «tres bombas que en este momento el mundo, y sobre todo Europa, tienen debajo de la mesa».
Así, ha asegurado que el yihadismo «no sabemos por dónde cogerlo» y que «no sabemos cómo vamos a resolver» el calentamiento global, mientras que sobre el coste sanitario del envejecimiento ha detallado que «hay muchos aspectos» que están relacionados con él, uno de los cuales es el coste de la propia sanidad. Durante la inauguración del encuentro ‘Ernest Lluch. Políticas para mejorar el pronóstico del Sistema Nacional de Salud’, que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), a pesar de que ha señalado que «no soy economista», ha asegurado que «siempre» ha pensado que en la sanidad «no funcionan los mecanismos en los que los economistas dicen que se basan las leyes del mercado». En concreto, ha defendido que «no funciona que la competencia ayuda a asignar los recursos y que la diferencia de coste entre el precio y el beneficio fija los precios». Esto se debe, según ha añadido Majó, a que «es imposible» para un médico y un paciente calcular el beneficio «entre morir y vivir». «No se puede concretar en cifras el beneficio entre morir o vivir. Es fácil tender al beneficio infinito, sobre todo si al médico y al paciente no les cuesta dinero», ha concluido. Por su parte, el director del encuentro, Jaume Puig-Junoy, ha indicado que el Sistema Nacional de Salud (SNS) español «es un paciente con una salud envidiable a pesar de los recortes», pero ha advertido de que tiene un «pronóstico reservado si seguimos en el ‘status quo’ de que podemos dar de todo a todos». «Venimos de un periodo en el que algunos decimos que hasta 2008 ha habido muchas burbujas sanitarias», ha apuntado, al tiempo que ha afirmado que para mejorar la sanidad española es necesaria «una reforma ordenada, reduciendo el despilfarro, relacionando el pago con los resultados» o mediante políticas de buen gobierno y transparencia.
