La petrolera anglo holandesa Royal Dutch Shell suprimirá 6.500 puestos de trabajo este año en el marco de un plan para reducir sus costes operativos en 4.000 millones de dólares (3.637 millones de euros) en 2015 tras la adquisición de BG Group el pasado mes de abril, informó la multinacional, que ganó un 14,2% menos en los seis primeros meses del ejercicio.
En concreto, el beneficio neto atribuido de Shell alcanzó los 8.416 millones de dólares (7.651 millones de euros) en el primer semestre, un 14,2% menos que un año antes, mientras su cifra de negocio retrocedió un 37,2%, hasta 142.796 millones de dólares (129.814 millones de euros). En el segundo trimestre, la petrolera obtuvo un beneficio neto atribuido de 3.986 millones de dólares (3.623 millones de euros), un 24,9% menos que en el mismo periodo de 2014, mientras su facturación sumó 73.950 millones de dólares (67.227 millones de euros), un 35,8% menos. Por otro lado, en el contexto del proceso de integración de BG Group, adquirida por Shell en abril por 47.000 millones de libras esterlinas (66.934 millones de euros), el consejero delegado de la petrolera anglo holandesa, Ben van Beurden, anunció que la compañía prescindirá de 6.500 trabajadores. «Tenemos que ser resilientes en un mundo donde los precios del petróleo seguirán bajos por algún tiempo», indicó Van Beurden. «Adoptamos un acercamiento prudente para asegurarnos de tener capacidad de ofrecer atractivos dividendos a nuestros accionistas», añadió. De este modo, el máximo ejecutivo de Shell avanzó su intención de remodelar la compañía cuando la transacción se complete, incluyendo un menor gasto en exploración y ventas de activos, lo que permitirá concentrar la cartera de la multinacional en menos posiciones de mayor valor, donde puedan lograrse mejores economías de escala. «Crecer para simplificar», resumió. En este sentido, además del recorte de plantilla, Van Beurdenanunció que la compañía reducirá su inversión de capital en 2015 en torno a un 20% con respecto a los niveles del año precedente, hasta unos 30.000 millones de dólares (27.272 millones de euros), reflejan la bajada de costes, la cancelación de proyectos y el reajuste del crecimiento. «Shell sigue evaluando los proyectos cuya construcción está en curso y las opciones de inversión a medio plazo para equilibrar rentabilidad, accesibilidad y crecimiento potencial a medio plazo», apuntó el consejero delegado.
