Los subsidios públicos a los combustibles fósiles tienen un coste de entre 160.000 y 200.000 millones de dólares (entre 142.000 y 178.000 millones de euros) al año en los países de la OCDE, según el informe ‘Inventory of Support Measures for Fossil Fuels 2015’ elaborado por la organización.
El informe recoge esta cifra sin ofrecer un desglose del importe dedicado a apoyar este tipo de combustibles en cada uno de los 34 países de la OCDE y los seis países emergentes analizados, entre ellos China. Sin embargo, sí recoge un gráfico con la relación entre el apoyo a los fósiles y la fiscalidad ambiental, en el que España ocupa el puesto número 14. Brasil, China y Australia lideran esta clasificación, mientras que Países Bajos, Nueva Zelanda y Luxemburgo son los países que menos apoyo ofrecen. La OCDE, que analiza en el estudio cerca de 800 programas de gasto estatales, asegura que estos subsidios están obstaculizando los esfuerzos internacionales contra el cambio climático. Los apoyos van desde incentivos a la compra para consumidores hasta reducciones de costes para la exploración y producción. Más de dos terceras partes de los incentivos fueron establecidas antes de 2000 y se mantienen hasta ahora. El momento actual, caracterizado por los bajos precios del petróleo, supone a juicio de la OCDE una «oportunidad única» para ir retirando estos apoyos. EL DOBLE DEL ESFUERZO CONTRA CAMBIO CLIMATICO. El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, considera, al comentar el informe, que «ha llegado el momento de que los países demuestren su seriedad en la lucha contra el cambio climático y en la reforma de los apoyos a los combustibles fósiles». «Los gobiernos están gastando casi el doble de dinero en apoyar los combustibles fósiles que el necesario para cumplir los objetivos financieros de lucha contra el cambio climático establecidos por la comunidad internacional, de 100.000 millones de dólares (89.000 millones de euros) al año hasta 2020», señala Gurría.