(Ampl.) Sareb cuenta con 3.600 millones de deuda subordinada convertible para afrontar la circular contable

La Sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) cuenta con 3.600 millones de euros en deuda subordinada convertible, «cifra más que suficiente» para afrontar los requerimiento derivados de la nueva circular contable que le obliga a retrasar todos su activos y para cumplir con su plan de negocio en los doce años que le quedan de vida.

Así lo ha explicado el presidente del llamado ‘banco malo’, Jaime Echegoyen, durante su comparecencia en la Comisión de Economía del Senado, en la que ha señalado que Sareb tendrá que realizar nuevas provisiones -especialmente en la cartera de préstamos– y ha recordado que la sociedad ya ha efectuado saneamientos por 978 millones de euros en los dos últimos ejercicios.

La nueva norma, que fue publicada el pasado 2 de octubre en el Boletín Oficial del Estado (BOE), exigirá a la sociedad valorar a precio de mercado y de manera individual su cartera de activos.

Echegoyen ha manifestado que la entrada en vigor de este nuevo marco contable obligará a realizar «un importante proceso de retasación» de activos inmobiliarios y valoración de las carteras de préstamos en los próximos 15 meses.

La circular fija que a 31 de diciembre de 2016 Sareb tenga todos su activos valorados a precio de mercado. La compañía, por lo tanto, tendrá que valorar uno a uno 70.000 préstamos, 400.000 inmuebles que sirven de colateral o garantía de los préstamos y 100.000 inmuebles propios.

ELIMINAR LA INCERTDUMBRE

En su turno de réplica, Echegoyen ha precisado que el principal efecto de la circular contable es «eliminar parte de la incertidumbre» a la que la compañía se había visto sometida desde su fundación y ha añadido que lo que especifica la norma es que Sareb debe trabajar en la elaboración de una metodología de valoración, presentarla a su consejo de administración, aprobarla y comenzar a retasar.

En este sentido, ha recordado que el ‘banco malo’ ya cuenta con un «colchón» de mil millones de euros en provisiones, además de con 3.600 millones de euros de deuda subordinada convertible en capital. «Con esto es suficiente para que la compañía pueda cumplir con su plan de negocio en los doce años que le queda de vida», ha aclarado.

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