Moody’s considera que el instrumento financiero de ‘reverse factoring’ utilizado por Abengoa para pagar a sus proveedores y responder a las necesidades inmediatas del negocio tiene «rasgos similares a deuda», si bien reconoce que las normas de contabilidad no obligan a computar estos productos dentro del capítulo de endeudamiento.
La agencia de calificación crediticia realiza estas consideraciones en un informe de doce páginas titulizado ‘Abengoa, el ‘reverse factoring’ tiene rasgos similares a deuda’, en el que señala que, si se incluyen estos instrumentos, el apalancamiento aumentaría entre 0,5 y 0,6 puntos. El ‘reverse factoring’ es un instrumento por el que la empresa reconoce un pago a los proveedores cuyo importe asumen los bancos y, posteriormente, paga la propia empresa a las entidades. A diferencia del ‘factoring’ convencional, el ‘reverse factoring’ surge a iniciativa de la empresa y no del proveedor. «Analíticamente, el ‘reverse factoring’ ha tenido el efecto de elevar el apalancamiento, en la medida en que se ve como similar a deuda», dice Moody’s, antes de considerar que esta técnica «puede ser utilizada como una herramienta financiera a corto plazo para necesidades a largo plazo». La agencia también considera que estas actividades se pueden convertir en «elementos permanentes de las actividades de financiación» de las empresas. «Pensamos que, si estas fuentes de recursos se hiciesen indisponibles para una compañía, esto podría afectar a la liquidez a corto plazo de la empresa, especialmente en un momento de estrés, y exacerbar otros problemas», afirma. Moody’s indica que Abengoa sufrió una contracción significativa del ‘working capital’ de cerca de 400 millones de euros en el tercer trimestre del año, «lo que se convirtió en unas de las razones que forzó a la compañía a solicitar el preconcurso». En todo caso, la agencia considera que el caso de Abengoa no es único y advierte de que existe una falta de transparencia sobre estos instrumentos que convierten al ‘reverse factoring’ en un elemento «difícil de medir, ya que los estándares contables no siempre requieren la entrega de información sobre esta actividad».