El presidente de Euskaltel, Alberto García Erauzkin, ha asegurado que, transcurrido casi medio año de la polémica surgida a raíz de conocerse el Plan de Incentivos de Euskaltel por su salida a Bolsa, los directivos del operador vasco han «pagado sus impuestos y reinvertido». «Aquí seguimos», ha precisado.
Además, ha manifestado su convicción de que un posible plan de incentivos que apruebe la compañía en un futuro se hará «a la vasca», guiado por «la austeridad».En un encuentro con los medios informativos para evaluar la trayectoria de la compañía, García Erauzkin ha sido preguntado por su impresión, tras la polémica generada en el País Vasco al conocerse que los miembros del equipo directivo de Euskaltel percibieron un ‘bonus’ de 38 millones de euros por la salida a Bolsa de Euskaltel. Finalmente, los directivos decidieron reinvertir en la empresa el 100% de los incentivos.
El máximo directivo del operador vasco ha recordado que el Plan de Inversión e Incentivos de Euskatel, al igual que otros costes de la salida a Bolsa, con cargo al dividendo de los accionistas, por lo que «el efecto patrimonial» para la empresa «es nulo». «Es una práctica conocida en el mercado internacional que cuando entran fondos de inversión, se establecen una serie de incentivos agresivos», ha insistido. Según ha manifestado, «hemos pagado nuestros impuestos, hemos reinvertido y aquí seguimos». A su juicio, quizás «al principio» se produjo «una sorpresa a nivel mediático y social», pero ahora «las cosas están donde deben estar». «El dinero que nos tocaba a los directivos está reinvertido en Euskaltel y seguimos con los mismos objetivos estratégicos», ha dicho. Por su parte, el director general de la compañía, Fernando Ojeda, ha asegurado que llegó a la empresa «ganando menos de lo que ganaba», porque «había esta posibilidad» de acogerse al plan de incentivos. «El plan inicial iba a ser más agresivo, se fue por la ‘banda baja’ y, sinceramente, a mí me sorprendió mucho», ha indicado. CRITICASOjeda ha negado cualquier repercusión en el número o la desafección en los clientes como consecuencia de este episodio. «Nuestro clientes no solo no lo han sufrido, sino que nos recomiendan más que antes», ha indicado.
El presidente de Euskaltel ha reiterado que «gustase o no» el ‘bonus’ era «una condición que los fondos ponen para entrar» y que se pudiera llevar a cabo «la operación». Ha enmarcado «el revuelo» porque «se puedo entender, legítimamente, que eso era una descapitalización de la empresa». «Que los directivos se enriquecían a costa de la compañía» cuando «la empresa no se ve en absoluto perjudicada». Además, ha apuntado que la decisión de los directivos de reinvertir ese dinero «era una elección libre». «Libremente, decidimos reinvertir», ha dicho. García Erauzkin ha asegurado que «lo que no gusta» es un «ruido que ponga en duda la honestidad de las empresas vascas» o de sus gestores. Además, ha asegurado que «cuando vengan fondos de inversión a una compañía en Euskadi», lo van a hacer «con esas condiciones». «Yo duermo con la conciencia tranquila todas las noches», ha señalado. Además, según Cano, finalmente «se ha visto» que la compañía se mantiene «sólida», se ha financiado, ha adquirido R y ha mantenido una trayectoria «impecable». Preguntado por un hipotético futuro plan de incentivos, García Erauzkin se ha mostrado convencido de que tanto el Consejo de Administración como sus accionistas van a establecer para Euskaltel «lo que exista para empresas cotizadas del ámbito geográfico, sector y tamaño» de la empresa. «Y que, además, se va a hacer a la vasca: con la austeridad que caracteriza siempre a los vasco», ha dicho. También ha asegurado que intentará «asegurar y potenciar» que los empleados «sigan siendo accionistas». Entre sus objetivos, según ha precisado, están los trabajadores de R para quienes, sus directivos, al salir, «no previeron un programa de acciones gratuitas».
