ACS ha vendido el 80% de la participación que tenía en un conjunto de estaciones de la línea 9 del metro de Barcelona y en la sociedad que las mantiene por un importe de 110 millones de euros, una operación que le ha generado una plusvalía de 70 millones de euros, según informó la compañía.
La transacción se enmarca en la estrategia del grupo que preside Florentino Pérez de vender concesiones que considera maduras para obtener fondos para invertir en nuevos proyectos. Con esta venta, acordada con el fondo John Laing Infrastructure Fund, ACS reduce su participación en el metro de Barcelona, y limita al tranvía de Arganda (Madrid) y al AVE transfronterizo Figueres (Gerona)-Perpignan, actualmente en concurso de acreedores, su cartera de concesiones ferroviarias en España, donde el grupo también explota autopistas, hospitales, centros penitenciarios y aparcamientos. En virtud de la operación, ACS vende el grueso de la participación que tenía en dos sociedades concesionarias de sendos tramos de la línea 9 del metro de Barcelona. En concreto, ha vendido el 80% de la participación del 50% que tiene en la sociedad concesionaria de las estaciones del tramo dos de esta línea, y de la participación del 10% que ostenta en la sociedad que se dedica al mantenimiento de las estaciones de este tramo dos y del tramo cuatro de esta misma línea, una de las líneas de suburbano más largas de Europa. De esta forma, ACS, a través de su filial concesión Iridium, asegura que seguirá teniendo un «importante papel» en la operación y gestión de estas dos concesiones, así como una «presencia relevante» en sus órganos de gobierno. El cierre de la compraventa de estas concesiones ha quedado pendiente de la obtención de las correspondientes autorizaciones, fundamentalmente de las entidades financiadoras, si bien se espera que se complete en las próximas semanas. Según detalló Iridium en un comunicado, estas dos concesiones están financiadas a largo plazo y obtienen sus ingresos de los pagos que les realiza la Administración en función del grado de disponibilidad que presentan las infraestructuras, que aún cuentan con un periodo de explotación de 27 años.
