El consejo de Telefónica aprueba el viernes el nombramiento de Alvarez-Pallete como presidente

El consejo de administración de Telefónica celebra el viernes, 8 de abril, una de sus reuniones más importantes, ya que pondrá fin a casi 16 años de presidencia de Cesar Alierta con el nombramiento de José María Alvarez-Pallete como nuevo presidente ejecutivo de la compañía.

Alierta deja la dirección de la operadora después de haber llevado a cabo la transformación «más radical» de la empresa en sus 90 años de historia, presidencia que ha estado marcada por el incremento de su presencia internacional, la diversificación de sus negocios, la apuesta por la digitalización y la recuperación del pago de dividendos.

Alvarez-Pallete toma las riendas de la compañía en momento en el que la empresa debe hacer frente a los retos que presenta la transformación digital de la economía, así como abordar el proceso de reducción de la deuda o el mantenimiento del dividendo, ambos pendientes del resultado final de la venta de su filial británica O2.

Asimismo, la evolución de su negocio en Brasil, que podría verse afectado por la complicada situación macroeconómica que atraviesa el país, la renovación del consejo de administración o el futuro de su nueva filial de infraestructura Telxius marcaran los primeros pasos de Alvarez-Pallete como presidente.

César Alierta anunció su intención de abandonar el cargo el pasado martes 29 de marzo y propuso entonces al consejero delegado del grupo, José María Alvarez-Pallete, como sustituto, al considerarlo «el directivo más preparado para afrontar con éxito los retos que impone la revolución digital».

«Con sus credenciales y tras asumir a nivel global el día a día de las operaciones desde su posición como consejero delegado de la compañía, Alierta ha considerado a Alvarez-Pallete como el directivo mejor preparado para favorecer el relevo y posicionar una vez más a Telefónica en la vanguardia, esta vez del sector digital», remarcó el grupo el día en que se anunció el relevo.

Pese a abandonar la presidencia, Alierta seguirá formando parte del consejo de administración de Telefónica, cargo que ocupa desde cuatro años antes de acceder a la presidencia, y centrará también sus aportaciones en temas sociales y de progreso, como es la Educación Digital y la presidencia ejecutiva de Fundación Telefónica.

‘ONLIFE TELCO’

La Telefónica que liderará a partir del viernes Alvarez-Pallete acaba de iniciar el último capítulo de su proceso de transformación con la puesta en marcha a finales de 2015 de su nuevo plan estratégico para los próximos años ‘Elige todo’, con el que se propone convertirse en una ‘Onlife Telco’, una compañía totalmente orientada al cliente.

Esta estrategia presenta una nueva etapa de crecimiento para la compañía, apalancada en la mejor evolución orgánica de los ingresos y apoyada en una oferta de servicios diferencial basada en el uso intensivo de los datos.

En la presentación del plan, Alierta destacó que la revolución que está sufriendo la economía «no es una más», ya que está demostrando ser la que mayor impacto va a tener en la historia de la humanidad en términos de generación de riqueza. «Y nosotros tenemos la suerte de estar en el centro de esta revolución», añadió.

REDUCIR LA DEUDA.

Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentará el nuevo presidente de Telefónica será la reducción del elevado endeudamiento de la compañía, ya que la deuda neta financiera del grupo se situó en 49.921 millones de euros a 31 de diciembre de 2015.

Telefónica, que se ha marcado como objetivo reducir el ratio de deuda respecto al Ebitda a 2,35 veces a finales de 2016, depende en gran medida para cumplir su objetivo del cierre exitoso de la venta de su filial británica O2 al grupo Hutchinson Whampoa, que está pendiente del visto bueno de Bruselas.

Las autoridades de Competencia europeas se han marcado de plazo hasta el 19 de mayo para tomar una decisión sobre si las medidas ofrecidas por Hutchinson son suficientes para evitar el perjuicio que generaría en el mercado británico la reducción de cuatro a tres el número de operadores en el país.

Esta operación también está condicionando el pago de dividendo, ya que en caso de que la venta de su filial británica se frustre o se retrase, la compañía se plantea pagar este año 0,40 euros en efectivo y 0,35 euros en ‘scrip dividend’.

Alvarez-Pallete también tendrá que cumplir con la promesa de Alierta de que Telefónica pagará un dividendo de como mínimo 0,75 euros durante los próximos cinco o diez años, aunque finalmente no salga adelante la venta de 02. Además, deberá impulsar el valor de acción, que Alierta considera «tirada» de precio.

Como alternativa a este escenario, el grupo ha puesto en marcha la creación de una filial de infraestructuras, Telxius, cuya previsible salida a Bolsa al inicio del verano tendrá que pilotar el nuevo presidente.

Por otro lado, tras la recuperación que está experimentado su negocio español con la mejora de la economía, Brasil se ha convertido en el mercado que mayores desafíos presenta para la compañía, dado el débil entorno macroeconómico del país.

A este respecto, Moody’s prevé que la operadora mantenga su «fuerte» comportamiento a pesar de la debilidad económica en el país. «Aunque el entorno macroeconómico en Brasil es débil, Moody’s espera que Telefónica Brasil continúe generando crecimiento, apoyado en su modelo de negocio integrado y una posición de mercado superior», añade.

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