Políticos que después de su carrera se sientan en la poltrona de una gran empresa y empresarios que eligen la política para consagrar su trayectoria. Los puentes de oro que se tienden en ambos sentidos son muchas veces motivo de escándalo y corrupción. La gran tarta del Estado se reparte entre enchufados de todos los colores, como si de una empresa de colocación se tratara.
Estas situaciones de privilegio suelen ser un pésimo negocio para los ciudadanos de nuestro país. Y ello es precisamente lo que se denuncia en ‘El club de las puertas giratorias’ (Esfera de los Libros, 2016) del periodista y dociumentalista de Interviú, Luis Miguel Montero, quien cuenta los secretos y las alianzas, no ya de buenos profesionales en sus diferentes campos, sino de individuos con contactos eficaces, que les abran las puertas de los despachos más importantes.