El consumo energético en España subió un 1,7% en 2015 tras años de caídas

El consumo de energía en España durante 2015 experimentó un cambio de tendencia y volvió a la senda del crecimiento con 134,4 millones de toneladas de petróleo, lo que supone un aumento del 1,7% frente a las caídas registradas desde 2008, a excepción del repunte de 2010, según los datos del informe BP Statistical Review of World Energy 2016.

Durante la presentación del estudio este miércoles, el presidente de BP, Luis Aires, ha destacado que el crecimiento más acentuado lo registró el carbón, con una subida del 23,9% respecto a 2014, como consecuencia de la caída del precio internacional de este combustible, el menor precio del CO2 y la situación climatológica, marcada por la falta de lluvias y la sucesión de anticiclones.

De esta manera, el carbón reemplazó la baja aportación de la energía hidráulica, que descendió un 28,8% por ser un año seco, por lo que algunos embalses estuvieron a la mitad de su capacidad durante el pasado ejercicio.

Como consecuencia del uso de este combustible, las emisiones de CO2 aumentaron un 6,8%, muy por encima de la media europea de 1,3%. España fue el segundo país de la UE que registró mayor crecimiento de sus emisiones, solo por detrás de Portugal (7,6%). A nivel mundial, el primer puesto es para Turkmenistán (18,3%), seguido de Qatar (13%) y Vietnam (11,4%). España se disputa el séptimo puesto de este ránking con Colombia.

La modificación en el consumo produjo cambios en la configuración del mix energético de España, que quedó distribuido en petróleo, un 45% del total, gas natural (18,5%), carbón (10,7%), nuclear (9,6%), hidráulica (4,7%) y renovables (11,5%). Según Aires, el posicionamiento del gas natural por delante del carbón fue debido a «la convergencia en los precios».

CRECIMIENTO HISTORICO DE LAS RENOVABLES EN LA UE

En la Unión Europea, el consumo también dio un giro respecto a su tendencia negativa de los últimos años. De esta manera, aumentó un 1,6% en 2015, mientras que en 2014 se redujo un 3,9%, lo que supone su mayor crecimiento desde 2010 y representa el 12,5% del consumo mundial de energía.

Este crecimiento se dio por el aumento del consumo de las renovables en un 14,9%, del gas natural (4,6%) y del petróleo (1,5%), que compensaron las caídas de la energía hidroeléctrica en un 9,6%, del carbón en un 1,8% y de la energía nuclear en un 2,2%.

Dentro de las energías renovables, que aumentaron en 17,7 millones de toneladas de petróleo equivalente en 2015 y constituyeron el mayor incremento de la historia de la UE, destaca el crecimiento de la eólica del 23,5% en este año, que representa más de la mitad de las renovables en la generación de electricidad.

Por su parte, la producción de las refinerías europeas creció un 5,8% en 2018, lo que supone el primer incremento desde 2005 y el mayor desde 1986. En cuanto a las importaciones netas de gas natural, aumentaron un 7,4%, gracias al crecimiento del 9,9% de las importaciones rusas por gasoducto. Las emisiones de CO2 derivadas del uso de la energía también crecieron por primera vez desde 2010 y registraron un aumento del 1,3% en 2015.

A nivel mundial, el informe revela un año con una mayor oferta de petróleo derivada de la resiliencia de los recursos no convencionales en EEUU y el incremento de la producción de la OPEP. Asimismo, se ha producido una desaceleración del crecimiento del consumo global energético, un cambio en el mix hacia combustibles con menor contenido en carbono y un incremento de las energías renovables por el abaratamiento de sus costes.

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