Ahora que parte de la resaca de la crisis se ha desvanecido, los españoles están volviendo a los bares para comer, beber, charlar y lo que sea. Un síntoma de que la economía real comienza a percibir poco a poco la recuperación que llevan mostrando algunos indicadores ‘macro’ de la economía española.
Esta mejora supone un alivio para la industria de alimentos y bebidas del país: 25.000 establecimientos cerraron entre 2008 y 2014 porque los consumidores redujeron su gasto durante la crisis, lo cual contribuyó a que el desempleo subiera a más del 27%. En 2015, abrieron más bares de los que cerraron por primera vez en siete años, porque la recuperación económica facilitó a los españoles disfrutar del vino, el café y las tapas que aman.
«Tenemos clientes que vienen para desayunar y cenar y otros que trabajan y vienen por el menú del día», explica Yolanda Millán, de 44 años, que abrió un bar en Montecarmelo, un nuevo distrito de clase media en las afueras de Madrid. «A la gente también le gusta ver el fútbol los fines de semana».
Aun así, la incapacidad de España para formar un nuevo gobierno después de dos elecciones en los últimos ocho meses constituye una amenaza para la economía, y es un tema favorito de conversación en los bares. Aunque por el momento, esta falta de gobierno no parece haber frenado la recuperación económica.
Pero no es todo oro lo que reluce, aunque el desempleo ha caído desde su máximo posterior a la crisis, todavía es del 20%. Cualquier progreso dependerá de los esfuerzos para crear un consenso político que mejore la confianza de las empresas y permita que la creación de empleos continúe. El presidente de gobierno interino Mariano Rajoy todavía no ha conseguido el respaldo que necesita para formar un gobierno y evitar una tercera ronda de elecciones generales; la próxima semana se someterá a un pleno de investidura en el Congreso.
La importancia del bar en España
«El consumo ha sido uno de los principales motores de crecimiento y este será el caso durante el segundo semestre del año «, sostiene Yvan Mamalet, economista senior para la zona del euro de Societe Generale en Londres. «La incertidumbre política influirá en las inversiones de las empresas y las decisiones de contratación».
España tiene cerca de 260.000 bares, o uno por cada 175 habitantes, más que ningún otro país en el mundo, según un estudio realizado por Nielsen, una empresa que da seguimiento al comportamiento del consumidor. En comparación, el Reino Unido tiene un bar por cada 500 personas, y Francia uno por cada 350.
«En España, una de las mejores maneras de saber el sentir del pueblo es ir al bar, que es parte del ADN de país», comenta Asís González de Castejón, director de análisis de venta al por menor para Nielsen en Madrid. «La recuperación económica, junto con la disminución en el desempleo y el aumento en la confianza, significa que los españoles están gastando de nuevo».
El crecimiento del gasto familiar ha sido de cerca del 1% en promedio en el último año, y aumentó 0,7% en el segundo trimestre, cuando la economía creció 0,8%. La caída en los precios también podría ayudar a las familias: la inflación de España no ha sido mayor a cero en dos años.
La inversión y el comercio también ayudaron a la economía en los tres meses transcurridos hasta junio. El gobierno prevé una expansión del 2,9% este año y 2,3% en 2017, extendiendo una recuperación que comenzó en el tercer trimestre de 2013.
No son sólo los bares quieren sacar provecho del ánimo de los consumidores. Inditex está trabajando en una tienda Zara de 5.000 metros cuadrados en el distrito financiero Azca de Madrid, mientras que el grupo de supermercados Mercadona, propiedad de Juan Roig, abrirá 60 nuevos establecimientos este año.
Sin embargo, aunque España está pasando por un mejor momento económico, no es tan bueno como a finales de la década pasada. Según Nielsen, los españoles están gastando menos en los bares que antes de la crisis.
