RBS, ING, Santander y Bankia, principales acreedores de ACS y Eiffage en el AVE a Francia

Royal Bank of Scotland, ING, Santander y Bankia son los cuatro primeros bancos acreedores de TP Ferro, sociedad a través de la que ACS y Eiffage construyeron y gestionan el túnel bajo los Pirineos que conecta España y Francia por AVE, y que actualmente está en quiebra.

Estas cuatro entidades se reparten más de una tercera parte (un 38,5%) del total de 400 millones de deuda bancaria que soporta esta infraestructura, que se acogió al concurso de acreedores hace justo un año.

Entre el resto de principales acreedores del primer AVE transfronterizo figura también el Instituto de Crédito Oficial (ICO), organismo público al que adeuda unos 20 millones, el 5,4% del pasivo total.

Asimismo, en la veintena total de bancos involucrados en la financiación de esta conexión AVE se incluyen BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell, y los extranjeros Commerzbank, Barclays, Mizuho o HSBC, según informaron a Europa Press en fuentes del sector.

Todas las entidades rechazarán de forma unánime este jueves, 15 de septiembre, el plan de rescate que ACS y Eiffage han planteado para reestructurar la deuda de TP Ferro y garantizar la viabilidad futura de la empresa que explota el túnel del AVE, con lo que abocarán así a esta infraestructura a la liquidación.

La banca atribuye su rechazo al hecho de que el plan presentado por las dos constructoras no contempla inyección alguna de fondos ni por su parte, ni por parte de las administraciones francesa y española, según detallaron en fuentes financieras.

ACS y Eiffage, a través de TP Ferro, contrataron esta financiación de 400 millones para abordar la inversión de 1.000 millones de euros que supuso construir el túnel. Los 600 millones restantes provino de financiación pública aportada por España, Francia y la UE.

Estas dos empresas se adjudicaron en 2003 el contrato de construcción y posterior explotación del que constituyó el primer tramo de AVE transfronterizo, además de una de las mayores obras mundiales de ingeniería civil.

Se trata de una tramo de AVE de 44,4 kilómetros de longitud, de los que 8,3 kilómetros corresponden a un túnel bajo los Pirineos.

RETRASOS Y POCOS TRENES.

El proyecto se diseñó para recuperar la inversión con el canon que TP Ferro cobra a cada tren que cruce el túnel. No obstante, el retraso en conectar el AVE español con el túnel, la falta de continuidad de la red de Alta Velocidad francesa y el escaso tráfico que registra constituyen la causa del desequilibrio económico y financiero que abocaron la infraestructura al concurso.

A pesar del año transcurrido desde que esta firma se declaró insolvente, sus dos socios no han logrado un acuerdo para lograr su reequilibrio.

Ante la previsión de que no pueda superar el concurso, España y Francia ya tienen diseñado un acuerdo para si finalmente deben asumir conjuntamente de la gestión de este túnel.

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