Rosell ve «agresividad» en la reforma del Impuesto de Sociedades al provocar un «problema financiero»

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha afirmado este miércoles que la reforma del Impuesto de Sociedades conlleva «agresividad» con las empresas, ya que el adelanto del gravamen servirá para cuadrar las cuentas de 2016 y quedar «muy guapos» con Bruselas, si bien a las empresas les ha provocado un «problema financiero realmente importante».

En estos términos se ha expresado Rosell en declaraciones a RNE, recogidas por Europa Press, al ser preguntado sobre si los últimos cambios en el Impuesto de Sociedades suponen «agresividad» con las empresas. «Claro que lo es», ha respondido Rosell, defendiendo que había «posibilidades técnicas» de haber llevado a cabo la reforma «de otra manera», como posponer la deducción de las bases imponibles negativas en los próximos años, lo que hubiese sido «más simple, fácil y entendible».

Rosell opina que el cambio en el tributo estuvo motivado porque la Comisión Europea «no se creía lo que hacía el Gobierno», que a su vez no quería subir el IPRF, ni el IVA ni los impuestos especiales, por lo que el Ejecutivo finalmente aprobó «combinaciones técnicas» para que las empresas adelanten el Impuesto de Sociedades.

«Hacerlo en diciembre casi con nocturnidad va muy mal contra lo que llamamos seguridad jurídica y marca España», ha denunciado Rosell, quien sin embargo ha dicho tener «muy buena relación» con el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, ya que en su lugar «hubiese tenido que hacer algo parecido», puesto que «a veces hay que cuadrar el déficit a martillazos».

DESCARTA ARANCELES DE EEUU.

Por otra parte, preguntado sobre las medidas proteccionistas anunciadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su posible perjuicio para las empresas españolas, Rosell ha recordado que el país norteamericano «produce mucho dentro y en términos de exportación no son realmente importantes», en comparación con China o Alemania.

El presidente de la patronal ha indicado que las empresas estadounidenses están implantadas en el exterior y no exportan tanto desde su país de origen y considera que el proteccionismo «no afecta de una manera importante a empresas españolas», ya que «hay muchas instaladas con inversión importante allí».

No obstante, sí ha reconocido que podría afectar en los convenios con Europa, como el TTIP que se encuentra «paralizado», si bien ha dicho estar «convencido» de que «rápidamente volverá a ponerse encima de la mesa», puesto que «lo que es necesario es necesario» y cree que Trump «va a ir atemperando sus opiniones».

En esta línea, ha apuntado que «una cosa es lo que se dice y otra lo que se puede hacer», por lo que no ve que Estados Unidos vaya a poner aranceles o cuotas a las importaciones, especialmente a los productos que más importa, como barriles de petróleo de México, Canadá, Venezuela o Arabia Saudí, y en materia de automóviles.

«Sería un cambio drástico en la política comercial americana», ha apuntado Rosell, que, sin embargo, ha recordado que en «muchos países» hay «montones de trabas administrativas» para que no entren ciertos productos.

EL ‘BREXIT’ AFECTARA PRINCIPALMENTE A REINO UNIDO.

Por otra parte, sobre el ‘Brexit’ ha asegurado que «están más preocupados los empresarios del Reino Unido» que en España, y ha augurado un «galimatías espectacular» cuando en un decreto se tengan que cambiar más de 100.000 leyes vigentes en Europa que repercuten al Reino Unido.

En este sentido, ha recordado que el Reino Unido ha firmado «compromisos importantes», como proyectos espaciales, fondos estructurales, ayudas y las pensiones de funcionarios que tendrá que asumir el país británico, a pesar de que «su intención es no pagar en el futuro».

«Estamos ante una negociación dura, difícil y compleja», pero el ‘Brexit’ será «tremendamente negativo para el Reino Unido, no para el resto», ha apostillado Rosell, recalcando, no obstante, que desde España se tiene que mantener la relación con las empresas británicas.

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