Unesid afirma que la reforma del comercio de emisiones europeo representa «un importante sobrecoste»

La Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) ha afirmado que la reforma del Comercio de Emisiones Europeo (ETS EU) tal como está diseñada representa «un importante sobrecoste incluso para la mejor de las mejores siderúrgicas europeas».

En un comunicado, el director general de Unesid, Andrés Barceló, respalda así la iniciativa de la patronal europea (Eurofer), y considera esta reforma «algo conceptualmente inadmisible y claramente en contra de lo acordado por los primeros ministros de la Unión Europea en octubre de 2014».

En una carta abierta, Eurofer pedía a todos los gobiernos de la UE que garanticen la existencia de un sector comunitario «sostenible y globalmente competitivo» y advertía sobre los efectos negativos que podría tener una reforma del sistema europeo de comercio de emisiones que no proteja los intereses de la industria.

Para Unesid, la carta sostiene que la propuesta actual supone favorecer la producción en terceros países, «con aceros que generan más emisiones de CO2 y con nula innovación, a la vez, que propicia la reducción de actividad industrial y de puestos de trabajo en Europa y en España, que apenas está saliendo de una crisis que ha durado ya una década».

Asimismo, el dirigente de Unesid considera que la carencia de CO2 en el sector siderúrgico, «en contra de lo que ocurre con la inmensa mayoría de los demás sectores industriales incluidos en el ETS, es un hecho desde el presente año 2017».

De esta manera, Barceló subraya que el sector ha consumido ya los excedentes de CO2, que se acumularon como fruto de la crisis y la reducción de actividad aparejada, y «que en España aminoramos gracias a un ingente esfuerzo exportador».

SE DEBEN CONTEMPLAR MEDIDAS YA ASUMIDAS.

Por ello, Unesid considera que el consejo debe contemplar en el acuerdo medidas ya asumidas por el Parlamento Europeos como un menor porcentaje de subasta de CO2 a favor de un mayor porcentaje de asignación a la industria, así como la consideración de los gases que necesariamente surgen de la plantilla de producción de acero a partir de mineral de hierro, en función de sus características físicas reales y no comparándolo con gas natural.

Además, pide que los países apliquen una compensación completa por los beneficios que obtienen las compañías eléctricas al facturar un CO2 en todos los kilovatios (kW) eléctricos, que solo se emite parcialmente, siendo esta posibilidad opcional para cada Estado.

Barceló recalca la importancia de esta petición ya que en España el acero se produce en gran medida reciclando residuos férricos, «un proceso intensivo en electricidad».

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