La horchatera Món Orxata lleva a juicio a Facebook por cerrarle la página durante un año sin preaviso

La empresa horchatera valenciana Món Orxata llevará a juicio en España a Facebook en reclamación de la «condena de la memoria» por cerrar su página en internet durante un año, en 2016, sin previo aviso ni explicación. La empresa valenciana se ha congratulado de que «el David de la huerta de València vence así su primera batalla jurídica contra el Goliath de Sillicon Valley», que quería que la vista se celebrara en California.

Un juzgado de Primera Instancia de València ha rechazado la alegación de Facebook Ireland Limited y Facebook Spain, que alegaban que esta instancia judicial carecía de jurisdicción para encargarse de la reclamación de la compañía valenciana, ya que sostenían que Món Orxata suscribió una cláusula de sumisión a la jurisdicción de los tribunales extrajeros, en concreto al del Distrito Norte de California o a uno del Condado de San Mateo, en el mismo estado.

Món Orxata no pide compensación económica sino que solicita en su demanda 6.000 euros a Facebook, inferior al perjuicio económico sufrido, por requisito legal para demandar. Lo que pretende es que cambie su política «a la hora de dar de baja un perfil de forma que nadie más vea pisoteados sus derechos».

Asimismo, Facebook alegaba que la demandante no podía incovar la aplicación de la normativa reguladora de las condiciones generales de la contratación por su condición de persona jurídica. En un auto de fecha del 10 de mayo, el juzgado señala que la Ley Orgánica del Poder Judicial permite, salvo materias cuyo conocimiento exclusivo reserva para los tribunales españoles, que las partes puedan someterse a tribunales distintos a los del país.

Sin embargo, el Supremo ha establecido que esa cláusula de sumisión a tribunales extranjeros tiene un carácter «rigurosamente excepcional» y por ello, según el juzgado, las normas que se entiendan aplicables «no pueden ser objeto de una interpretación extensiva».

Esta conclusión lleva a rechazar su aplicación para interpretar la cláusula de sumisión, que en este caso «no lo es a un estado miembro». Además, el juzgado, señala que el carácter de persona jurídica de la demandante no le impide invocar la aplicación de la Ley de Condiciones Generales de la Contratación para cuestionar la validez de la cláusula de sumisión «que impuesta por la parte ‘predominante’, una red social con incuestionable trascendencia mundial dado los millones de personas que hacen uso de la misma, obliga a quien con ella contratan, sea persona física o jurídica a somerterse a la jurisdicción de los tribunales de los EEUU».

Esto supone, según el juzgado, que «desde un punto de vista práctico dificulta o limita de forma significativa el derecho a la tutela judicial efectiva de esos usuarios, sean personas físicas o profesionales que, como en ese caso, pretenden utilizar la proyección comercial que puede suponer la presencia en esa red» y que podría verse «perjudicadas en su imagen pública, en su imagen publicitaria y prestigio comercial por las decisiones que pueden adoptarse por la demandada».

Por este motivo, cuestionándose la validez de la cláusula de sumisión que, según el fiscal, «podría ser nula conforme a la legislación española», debe desestimarse la declinatoria planteada y condena en costas a la parte que la ha promovido.

PRUEBAS ADICIONALES

El fundador de Món Orxata, Andoni Monforte, ha explicado a Europa Press que aún no hay fecha para la celebración del juicio, ya que primero se fijará una audiencia previa para que Facebook pueda presentar sus alegaciones y desde la compañía valenciana se pedirán pruebas adicionales para determinar la relación entre Facebook España e Irlanda y comprobar quién ordenó el precinto de la página.

«Tenemos derecho a la tutela judicial efectiva» en España, ha defendido Monforte, quien señala que los 6.000 euros que reclama a la compañía irlandesa no cubren las perdidas sufridas por la decisión de Facebook «sin preaviso y sin saber por qué».

«Lo que pedimos es que cambien sus políticas porque entendemos que se adopte esta decisión en páginas con contenido sexual o violento, pero un cliente que no ha hecho nada malo, tiene su derecho al recuerdo en internet, que es lo opuesto al derecho al olvido», ha indicado, y agrega: «Facebook vale 200.000 millones porque todos nosotros hacemos que su base de datos sea la mayor del mundo».

Al respecto, agrega que Món Orxata empezó en esta red social cuando era algo emergente, casi «un blog», y ha lamentado que Facebook, al darle de baja, colgó un mapa con la ubicación de la empresa y el cartel «cerrado permanentemente», lo que llevó a pensar a muchos clientes que realmente habían cerrado. Las ventas en este periodo, en su pionera tienda ‘online’, descendieron un 36%.

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