Tubos Reunidos prevé elevar su Ebitda en 45 millones en 2019 y acabar con su 9% de absentismo

Tubos Reunidos prevé aumentar su Ebitda (resultado bruto operativo) en 45 millones a partir de 2019, tras ejecutar un plan que definirá un nuevo modelo de negocio mediante la mejora de costes o el incremento de la productividad por empleado en un 20%, y que incluye acabar con su 9% de absentismo laboral.

El grupo, que este año cumple 125 años, ha decidido, además, concentrar su negocio en la fabricación de tubos sin soldadura con una marca única, tras concluir sus desinversiones con su distribuidora Almesa, que se encuentra en proceso final de venta tras un preacuerdo.

En un encuentro con medios informativos previo a la Junta General de accionistas de la compañía, celebrada este jueves en Bilbao, el vicepresidente ejecutivo de Tubos Reunidos, Guillermo Ulacia, ha recordado que Tubos Reunidos obtuvo en 2016 «uno de los peores resultados de su historia», con una cifra de negocio de 195 millones de euros, un 30% menos que en 2015, un Ebitda negativo de 15,5 millones de euros y unas pérdidas de 50,2 millones.

Pese a que el ejercicio 2017 se ha iniciado con «una tendencia diferente», que le ha permitido un incremento de la cifra de negocio del 53%, hasta los 80 millones de euros, un resultado neto de 107.100 euros en el primer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior y un ebitda de 11 millones, Tubos Reunidos considera que «estos resultados no son suficientes» ni deben considerarse «la nueva realidad a futuro».

Según ha apuntado, persiste la sobrecapacidad para tubos sin soldadura por el elevado suministro de productores asiáticos y la producción de países emergentes, la creciente demanda de productos más sofisticados a mejores precios, la caída de precios de los tubos y una reducción del diferencial entre el tubo comercial y el de calidad superior y un importante aumento de la demanda de soluciones Premium.

Por ello, ha iniciado la ejecución del ‘Plan Creación de Valor 360º’ como «hoja de ruta» para «recuperar de manera acelerada los niveles de rentabilidad y generación de caja» y «garantizar su sostenibilidad futura como fabricante de tubería sin soldadura de alta gama radicado en el País Vasco».

«Hay que moverse de la posición actual entre los productores hacia delante, porque el mercado lo va a marcar el coste marginal, que está fuera del País Vasco, y es el que va a determinar quién se queda y quién cierra, y nosotros estamos cerca de esa línea de corte», ha señalado.

En una primera fase, en la que se han recogido 600 iniciativas de 120 personas de la compañía, se ha realizado «un profundo análisis» de todas su áreas y ha identificado «una potencial mejora del resultado operativo de 45 millones de euros sobre una base de 2017 de 25 millones (calculada según los volúmenes de toneladas de 2014 y precios de 2017) «independientemente de la evolución del mercado».

Según Ulacia, durante cinco años, el nivel de facturación y el de rentabilidad, tomando como referencia el ebitda y el beneficio neto, «han ido descendiendo» por lo que ve preciso «invertir la tendencia, no solo por la crisis 2015-2016, sino desde 2011».

Ha apuntado que Tubos Reunidos ha iniciado 2017 centrado en «obtener la confianza de los bancos» y ha obtenido el «apoyo de un pool bancario» a través de un crédito sindicado de 208 millones de euros y unos acuerdos por valor de otros 92 millones para financiar el circulante.

Otra intervención para «enderezar» el negocio ha sido la concentración del grupo en la actividad principal de fabricación de tubos sin soldadura, con la desinversión del negocio de automoción, que adquirió el grupo alemán Mubea por 33 millones y del de distribución, con la venta de Almesa, «que se materializará en las próximas semanas». «Nos hemos centrado en lo que realmente queremos ser», ha apuntado.

El plan pretende desarrollar «un nuevo modelo» que «trabaje en la mejora de coste», condición «indispensable» para «permanecer en el mercado y garantizar las sostenibilidad de la compañía», desarrollar un «modelo comercial que conecte mejor con el cliente final», reducir los costes de fabricación o de explotación directa por tonelada en un 16 ó 18% y reducir la necesidad de capital circulante «dotándose de mayor flexibilidad en estructura de coste».

«Todo ello nos va a permitir un ebitda de entre el 17 y el 20%, que ya tuvimos en su día y que hay que recuperar antes de 2020», ha defendido.

Dos tercios de los resultados del plan procederán de la eficiencia en la fabricación en la que se incluye un «aumento de la eficacia general de los equipos», que deberán «perder menos horas en actividades improductivas», así como elevar un 20% la productividad por trabajador, lo que ayudará a «reducir el coste». «Tenemos que convencernos que con la plantilla actual podemos hacer un 20% más de producción», ha señalado.

La pretensión es «que mejore la flexibilidad y polivalencia» de la empresa «incorporando el trabajo en equipo y el mantenimiento predictivo total», lo que conllevará un «plan de formación intensivo» y, posteriormente, «recuperar» a los trabajadores y «reincoporarlos al proceso» ante un previsible aumento del volumen.

Este «reto social» del plan se completa con la mejora de la seguridad y salud laboral en la compañía» -con una plantilla de 1.600 empleados y una media de edad de 41 años- identificando las «dificultades» para tener un entorno «sin incidentes, accidentes y que no genere un absentismo del 9% (el 5% por enfermedad)».

A su juicio, este ratio que «no es normal» y resulta «preocupante» porque es «un extracoste» que se cubre con contratación temporal. «No hay ninguna compañía líder que esté con esos niveles y se quede tranquila», ha asegurado.

Por ello, Ulacia cree que «cero accidentes, cero incidentes es posible» y, aunque «no se puede evitar que las personas tengan enfermedades» podrían mejorarse dolencias musculoesqueléticas. «Si hay que invertir en seguridad y salud laboral, es la prioridad número uno. Hay que solucionarlo. Si conseguimos esto, la gestión de coste va a ser una cosa de niños», ha dicho.

El vicepresidente ejecutivo de Tubos Reunidos ha recordado que la compañía ha invertido «fuertemente en la renovación de su producto – por lo que se puede «mejorar los ingresos por mejora de mix un 2%».

Además, ha asegurado que Tubos Reunidos cambiará «radicalmente» la capacidad de generación de caja, y espera generar en 24 meses 105 millones de euros -antes de amortizaciones de capital-, así como pasar, en rentabilidad sobre capital empleado, del 2% en 2014, a entre el 7 y 10% en el mismo periodo.

El «reto», según ha añadido, es «reducir gastos externos y mejorar la productividad» para aumentar las toneladas de 250.000 a 325.000 «sin ninguna persona adicional, a finales de 2020».

Tras un primer trimestre con resultado positivo, Tubos Reunidos prevé cerrar 2017 con ebitda positivo, después de «ocho trimestres en negativo». Además, cuenta con carga de trabajo «para dos meses largos».

Sin embargo, tras los 338 millones de inversión de la última década, invertirá «lo mínimo posible», con partidas que «no pasarán de los 10 o 15 millones anuales». Tubos estará, no obstante, «atenta» a «oportunidades para mejorar posiciones y crear valor a través del crecimiento inorgánico».

Aunque ha recordado su «compromiso con la banca» y la necesidad de reducir su apalancamiento con el crecimiento del ebitda, la compañía cree que «para las buenas oportunidades» siempre «tendrá acceso a capital».

Para el presidente de Tubos Reunidos, Pedro Abasolo, la «mejor inversión» es ahora «sacar el potencial a todo lo invertido». El pasado año, el grupo consolidó su acuerdo estratégico con Marubeni Itochu Steel y adquirió los activos industriales de Rotary Drilling Tools (RDT) en EE.UU por 19,6 millones.

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