Nuño de la Rosa, 54 años, consejero delegado del gigante verde desde octubre de 2017, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid
El Corte Inglés celebra este jueves 14 de junio de 2018, a las 12 horas un consejo extraordinario en el que abordará la destitución del actual presidente, Dimas Gimeno, y se prevé que nombre como sucesor a Jesús Nuño de la Rosa, uno de los dos consejeros delegados del grupo (El Corte Inglés opta por unirse al ‘enemigo’ y ofrece a Amazon una alianza en comercio online).
Nuño de la Rosa, 54 años, consejero delegado del gigante verde desde octubre de 2017, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid, y ha desarrollado toda su carrera en Viajes El Corte Inglés.
Este consejo se produce después de meses de batallas internas entre Gimeno y sus primas, Marta y Cristina Álvarez. Ambas cuentan con la mayoría de los apoyos de los consejeros, por lo que el cambio en la Presidencia es ya cuestión de horas.
Gimeno ya ha adelantado su intención de no asistir a la reunión y de impugnar su destitución, lo que tiene pocas probabilidades de prosperar.
Aquí te detallamos los 5 errores que le van a costar el puesto:
1).- Romper el statu quo
Uno podría pensar que la de Dimas Gimeno es la lucha de alguien empeñado a toda costa en ser presidente de El Corte Inglés y evitar ser despedido injustamente. Sólo que no es así, según recoge Miguel Ángel Uriondo en El Español.
Dimas Gimeno podría haberse jubilado siendo presidente de El Corte Inglés, pero desde una posición no ejecutiva. Es decir, sin mandar y con roles esencialmente institucionales, con el mismo despacho, el mismo chófer y el mismo sueldo que hasta ahora.
2).- Complejo de Mesías
Dimas Gimeno se educó, además de con un hermano falangista que, presuntamente, le metió en las listas del partido en tres elecciones diferentes, con la idea de que él iba a ser el sucesor de Isidoro Álvarez, el patriarca de El Corte Inglés. Era el Robin de Batman, el Pedro de Jesucristo, la Marta Ortega de Amancio.
Hablamos de un hombre que, con sólo 20 años entró en los grandes almacenes como dependiente de camisería y que dio todos los pasos para, finalmente, convertirse en consejero director general, en 2013, y presidente en 2014, dos días después de la muerte de su tío.
3).- La crucifixión
Durante semanas informando sobre la situación de Dimas Gimeno, nada indica que tenga absolutamente ningún as en la manga como para conservar la presidencia. Otra cosa es que, durante su mandato, haya recopilado información sobre la compañía que pueda perjudicar a sus intereses. Porque este mesías no va a entrar dócilmente en esa buena noche.
El problema es que si Gimeno tiene información relevante sobre los últimos años de la compañía, provocará numerosas dudas. Si tienen que ver con la famosa auditoría de seguridad que aparece en el orden del día de su consejo paralelo, que intentó convocar para el 12 de julio, habrá quien se pregunte si no es administración desleal no haber acabado con las prácticas irregulares en lugar de guardarlas como baza para una hipotética negociación. Eso, si realmente hay algo que ocultar.
4).- La campaña de comunicación
Durante todo el proceso, Dimas ha contado con asesores profesionales que han ido trabajando eficazmente en la estrategia fijada y que han conseguido varios hitos. El más importante, generar la sensación de que, efectivamente, en El Corte Inglés existe una situación de crisis e inestabilidad. Han generado el relato de que Dimas Gimeno tiene más argumentos de los que le otorgan sus acciones, y lo han hecho con éxito.
Para ello, han contado con medios de comunicación afines que han dado por buenas todas sus afirmaciones y que se han posicionado en uno de los “bandos”. Algo que contribuye a cimentar la idea de que existe una guerra que cualquiera puede ganar. Cuando, con la información disponible sobre la mesa, toda la guerra se libró el año pasado, Dimas salió perdedor y los últimos acontecimientos son la pataleta posterior a su derrota.
5).- La campaña social
Por último, tenemos que señalar el fracaso de una campaña social generada en torno a Gimeno que, siendo muy generosos, podemos calificar de rudimentaria. Bajo el nombre de ‘Salvemos El Corte Inglés’, nos encontramos con un supuesto grupo de empleados concienciados de la compañía que no piden mejores condiciones de trabajo, mejores horarios o hacerla más competitiva para garantizarles el futuro.
Piden algo mucho más elaborado, insólito en la larga y distinguida historia de la lucha obrera: que el presidente no ejecutivo de la compañía tenga más funciones y siga al frente de los grandes almacenes como fue voluntad de Isidoro Álvarez. Si la crisis de El Corte Inglés es como un Falcon Crest, esto sería como ver a los vendimiadores de Ángela Channing defendiendo los derechos de Chase Gioberti -disculpen los milenials las referencias a una serie que concluyó en 1990, cuando muchos de ellos aún no habían nacido-.