Quien tiene padrinos, se bautiza, que dice un viejo refrán español («Tengo para mí que el Pequeño Nicolás quiso emular la meteórica carrera de Alejandro Agag»).
Alejandro Agag se ha desprendido de la vitola de yerno de José María Aznar para convertirse en el verdadero rey de la Formula E, el campeonato de coches eléctricos que creó en 2014 junto a otros socios.
Tal es el éxito de la competición que es objeto de estudio en la Escuela de Negocios de Harvard, una de las cinco más prestigiosas del mundo.
El propio Agag acudió este martes para impartir una clase magistral sobre su compañía, tal y como anunció en Instagram:
«No todos los días la Escuela de Negocios de Harvard enseña tu compañía como un caso de estudio».
«Espero realmente que los alumnos hayan aprendido algunas lecciones valiosas del viaje que he hecho en estos cinco años».
Eso alegó el fundador, CEO y presidente de la Fórmula E tras impartir su clase en el mismo lugar en el que estudiaron personalidades de la talla de Ana Botín, Michael Bloomberg o George W. Bush.
La Formula E es actualmente la segunda competición automovilística más importante del mundo y cada vez atrae a más gente y patrocinadores. Agag desveló la clave de su éxito hace algún tiempo en la revista Forbes:
«La gente espera disfrutar de una buena carrera, pero también van a ver en juego a una nueva tecnología, donde hay que saber administrar el gasto de la batería. Es algo diferente».
