Una exhaustiva y profunda comparativa

Iberdrola versus ACS: la eléctrica gana por goleada

La eléctrica tiene un compromiso ambiental mayor y de calado, cuida más a sus trabajadores y que tiene más rigor conducirse internamente

Iberdrola versus ACS: la eléctrica gana por goleada

Para entrar a comparar dos elementos hay un principio básico, que los elementos sean parangonables. Cuando se confrontan las actuaciones medioambientales, sociales y de gobierno corporativo de Iberdrola y ACS, el balance es abrumadoramente a favor de la eléctrica vasca.

Así los revelan los datos contenidos en el Estado de Información No Financiera (EINF) de cada una de las entidades, de gestión consolidada de 2020, el último, para salir de dudas. Se trata de una información básica que tienen la obligación de remitir las empresas cotizadas en el IBEX ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Entrando en materia y en lo referido al Medio Ambiente los compromisos de Iberdrola son tangibles y diversos, y todo ello al margen de su reto de emisiones 0 en 2030 en España y en 2050 a nivel global. Para ACS la neutralidad climática está fijada en 2045.

Así, la eléctrica dispone de objetivos medibles. Por ejemplo, de reducción de la intensidad media de emisiones de CO2, de aceleración del crecimiento den capacidad de renovable, de inversión en hidrógeno verde, de puesta en marcha de puntos de recarga y electrificación de la flota corporativa, así como de ampliación de consumo de energía verde en sus instalaciones.

La constructora, por su parte, establece la meta de restaurar la biodiversidad con el 100% de los proyectos de áreas sensibles para el medio ambiente en 2050. Pero, es que, Iberdrola, fija una pérdida neta nula de biodiversidad para 2030.

Este objetivo es medible mediante la reforestación.

Así, de 2020 a 2022 ha plantado 2,5 millones de árboles, que serán ocho entre 2020 y 2025.

En lo que concierne a algo tan importante para el planeta como es el consumo de agua, ACS carece de medidas, mientras que la eléctrica se ha fijado una reducción del consumo <500 m3/GWh en 2022 y <420 m3/GWh en 2025.
Se puede concluir que, aunque ambas entidades disponen de un sistema de gestión ambiental basado en la norma ISO 14001, en Iberdrola es mayor (77,29% frente al 74,1%).

Está más consolidado, actualizado y detallado. Es más amplio. La primera y única política de ACS a este respecto se aprobó en 2018, mientras que la eléctrica lo hizo en 2007 y se ha ido actualizando hasta nuestros días.

Si en cuestiones medioambientales las diferencias son muy evidentes en la parte social son también elocuentes. Basta con dar un dato, mientras que la tasa de despidos en Iberdrola es del 1,27% en ACS es del 9,11.

Nueve veces más. Otro dato llamativo, un trabajador/a de entre 31 y 50 años tiene un sueldo medio de 45.509 euros frente a los 30.999 de la constructora. Pero es que si se mira el rango de edad de más de 50 años, la diferencia es mucho más clara: 76.054 para la vasca frente a los 30.786 euros de ACS.

Con una brecha salarial, de despidos inferior y una remuneración media inferior, Iberdrola tiene un porcentaje mucho más elevado de contratos fijos (99,56% vs. 67,4%).

Si nos fijamos en el número de horas de formación por empleado, por ejemplo, que presupone una preocupación de la empresa por el desarrollo profesional de sus trabajadores, en la eléctrica es del 49,54% frente al 2,2%.

El compromiso de los empleados con sus empresas puede verse en los datos de absentismo laboral, en la vasca es casi siete veces menos (1.327.348 horas frente a 7.597.540).

Asimismo, la balanza vuelve a caer del mismo lado cuando hablamos de salud y seguridad en el trabajo y siniestralidad laboral.

En definitiva, la preocupación de Iberdrola por esta cuestión se traduce en el hecho contrastable que está adherida a más convenios y pactos internacionales relacionados con los derechos fundamentales de los trabajadores.

Finalmente, en lo que tiene que ver con la gobernanza y la sostenibilidad, vuelve a llamar la atención el desequilibrio en la cifra de normas internas: 63 de Iberdrola frente a 17 de ACS, según establecen sus webs corporativas. De igual forma, el porcentaje de consejeros independientes es muy superior en la entidad vasca, más del doble, 78,5% frente al 33,3%, de la empresa presidida por Florentino Pérez.

Tan sólo hay que echarle un ojo al Código de Buen Gobierno Corporativo de las Sociedades Cotizadas para concluir que Iberdrola se sitúa, nuevamente, por delante de ACS.

Se puede sentenciar de manera empírica que cumple con más recomendaciones que la constructora. Concretamente, el 95% frente al 84,4%.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído