El presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, alardeó hoy de la fusión con Bancaja y otras cinco entidades, que situará a este grupo como la primera caja española, por encima de «la Caixa».
«Ser el más grande no está mal, pero no sé cuánto va a durar, aunque tampoco nos vamos a llevar un disgusto», reconoció el presidente de Caja Madrid durante su intervención en Santander en un curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE).
Según el máximo directivo de Caja Madrid, «no nos sorprenderá» que dejemos de serlo, pero «mientras que dure, vida y dulzura, y después esperanza nuestra».
A continuación tomó la palabra el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, quien incidió en las palabras de Rato y dijo que «tampoco era ese el objetivo».
Olivas no quiso pronunciarse sobre si es satisfactorio haber superado a «la Caixa». «La relación es buena y hay una magnífica relación personal con el equipo directivo (de ‘la Caixa’) y pensamos seguir manteniéndola. No hemos venido a echarle un pulso a nadie ni a medirnos con nadie».
Los máximos responsables de esta fusión confirmaron que no está previsto ninguna nueva incorporación al Grupo, pero el mercado «está abierto y tomaremos las decisiones que más nos interesen en cada momento».
Olivas subrayó, no obstante, «que hay que ver las oportunidades» para ver si merecen la pena, pero no hay nada predeterminado. «Tenemos suficiente tamaño, y lo que pueda venir tiene que ser muy interesante y atractivo», dijo.
«Hemos apostado por hacer algo importante, por crear la primera caja de ahorros de Europa y la decimoquinta entidad financiera por activos, porque creemos que ese es el camino y el futuro que interesa a nuestro país», finalizó.
«UN DIVORCIO MUY CARO»
Rato y Olivas desvelaron que esta integración tendrá una vigencia inicial de 15 años, con dos años de preaviso si se decide la separación. Pese a que no precisaron la indemnización económica, Olivas reconoció que sería «un divorcio muy caro».
El presidente de Caja Madrid defendió el sentido empresarial de esta integración y explicó que las sinergias que se generarán serán «más que suficientes» para financiar el coste de la devolución de lo prestado por el Frob.
Por otra parte, el presidente de Caja Madrid afirmó que en ningún caso las cajas pretenden convertirse en bancos, si bien «una parte importante del negocio financiero puede hacerse a través de un banco, y muchas cajas lo están haciendo ya», incluida Caja Madrid.
En este sentido, Rato advirtió de que una de las necesidades del sistema va a ser la cantidad y la calidad del capital que precisen estas entidades. «Las cajas pueden ser muy discriminadas si se quedan fuera de los nuevos instrumentos de capital», manifestó.
