Caldera dice que «la situación no demanda una huelga» y Pimentel la considera «extraña y excesiva»

El ex ministro de Trabajo Jesús Caldera afirmó hoy que la situación actual, así como el decreto ley de reforma laboral que aprobó hoy el Gobierno, que «no va a perjudicar a los trabajadores», «no demanda una huelga», mientras que el también ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel la consideró «extraña y excesiva».

En declaraciones a los periodistas antes de participar, en Sevilla, en el foro de la Fundación Persán ‘Soluciones al desempleo en tiempos de crisis. El fenómeno de la inmigración’, Caldera señaló que apoya los cambios del mercado laboral abordados por el Gobierno que buscan una mayor flexibilidad de la negociación colectiva, permitiendo que las empresas tengan capacidad para poder adaptarse a la situación económica cambiante.

«Si hay crisis, debe haber más rapidez y flexibilidad para que las empresas se adapten a la situación, eso quiere decir que la negociación colectiva no puede ser tan rígida como hasta ahora», subrayó, a lo que añadió que lo que hace esta propuesta de reforma del mercado laboral es abordar el «grave» problema de la «alta» temporalidad no justificada, que «impide que se invierta en formación de los trabajadores».

Asimismo, señaló que la propuesta «no perjudica», sino que «pretende mejorar la situación de muchos jóvenes que no tienen un contrato estable por la desconfianza». «Esta reforma va a favorecer esa confianza sin perjudicar al trabajador», subrayó.

«Los trabajadores no van a perder ningún derecho, van a mantener íntegros sus derechos, pero las empresas van a ver aliviadas su necesidad de tomar decisiones con más flexibilidad», señaló, a lo que añadió que «el modelo es equilibrado y progresista».

Por su parte, Pimentel consideró que la convocatoria de huelga general es «extraña y excesiva», ya que «se ha convocado antes de conocer el decreto, lo que no parece muy lógico», y la han convocado para «dentro de dos o tres meses». Asimismo, la calificó de «desmesurada» porque «por lo que conocemos no supone una vulneración fundamental que justifique intentar paralizar una país en estas circunstancias».

De igual manera, sobre la reforma laboral apuntó que el Gobierno «corre el riesgo» de que la propuesta quede «descafeinada» porque «querer contentar a todos». Así, pidió que se aclaren las dudas y se conozcan las condiciones de los nuevos contratos. «Hay muchos matices y muchas dudas que harán que sean los tribunales los que al final asienten jurisprudencia», apostilló.

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