El G8 se reinventa para competir con la influencia creciente del G20

El G8 se reinventa para competir con la influencia creciente del G20
. Agencia EFE

El G8 concluyó hoy una nueva cumbre, en la que, además de los temas de seguridad, abordó asuntos novedosos, como el clima y la ayuda al desarrollo, en un intento de ampliar su campo de actuación ante la creciente influencia del G20.

«Esta es la cumbre en la que el G8 se ha rediseñado», dijo el primer ministro canadiense, Stephen Harper, al anunciar la clausura de la cita del grupo en Muskoka, Canadá, a unos 200 kilómetros de la ciudad de Toronto.

Harper se mostró orgulloso de la impronta que su país dejó en la cumbre, en la que ha puesto sobre la mesa importantes asuntos hasta ahora poco comunes en la agenda de los líderes del G8, como la ayuda en desarrollo y la exigencia de transparencia y responsabilidad a los países más ricos.

La cumbre del G8 concluyó apenas unas horas antes de que se inicie la reunión del G20 en Toronto, un grupo en el que están representadas las naciones en desarrollo y que cada vez está más consolidado como el principal foro de discusión de la economía global, en detrimento del club de los más ricos.

«Yo dudo seriamente de que el G8 vaya a desaparecer», dijo Harper a preguntas de un periodista al cierre del evento, y puso como argumento que siempre será necesario contar con un foro formal y exclusivo de países con capacidad de movilizar recursos.

«Pienso que hay un consenso general de que se necesita un foro más formal donde los países avanzados puedan intercambiar sus puntos de vista y movilizar recursos que, en muchas ocasiones, los países en desarrollo no disponen», explicó.

Esta nueva faceta del G8 tuvo su cara más visible en la «Iniciativa Muskoka», un compromiso adquirido por los países durante la cumbre para aportar 5.000 millones de dólares a mejorar la atención de las mujeres que dan a luz en el tercer mundo.

Un dinero que, según el G8, permitirá prevenir en los próximos cinco años la muerte de 1,3 millones de niños menores de cinco años y de 64.000 madres en el parto.

«La crisis ha puesto en peligro los avances» hacia los Objetivos del Milenio, asegura el comunicado final de la cumbre, en el que exige a los países que «renueven sus compromisos» económicos con los programas de la ONU y con la lucha contra el sida, la malaria y la tuberculosis.

Los ocho países invitaron en esta ocasión a asistir a varias naciones africanas, con lo que quisieron compartir sus promesas de mayor solidaridad, así como con tres americanos, Colombia, Haití y Jamaica, con los que hablaron de la lucha contra las drogas y las organizaciones criminales.

En materia de lucha contra el cambio climático, el G8 ofreció su «fuerte apoyo a las negociaciones en marcha dentro de la Convención Marco del Cambio Climático de la ONU» y solicitó que los países en desarrollo reduzcan sus emisiones «un 80 por ciento o más para el 2050».

En el comunicado final de la cumbre, el G8 reclamó «más investigación para identificar los impactos» del cambio climático en las economías.

Pese a esta faceta solidaria, el G8 no dejó de lado los tradicionales asuntos de seguridad internacional, como las crisis con Irán y Corea del Norte, los avances democráticos de Afganistán y el bloqueo de Gaza por Israel.

El grupo de los más ricos «lamentó» las muertes producidas por el ataque israelí contra la «Flotilla de la Libertad» en Gaza el pasado 31 de mayo y dijo que el bloqueo actual del territorio «no es sostenible y debe ser modificado».

El G8 mostró también su preocupación por la «continua falta de transparencia de Irán con respecto a sus actividades nucleares y su declarada intención de mantener y expandir el enriquecimiento de uranio», y pidió a los países que implementen las sanciones que ha aprobado la ONU.

Con respecto a Corea del Norte, el G8 dijo: «deploramos el ataque del 26 de marzo que causó el hundimiento del navío surcoreano ‘Cheonan'» y exigió que Pyongyang «se retenga de cometer cualquier ataque o amenazar con hostilidades contra la República de Corea».

Y añadieron que Corea del Norte «no tiene y no puede tener el estatus de un Estado con armas nucleares de acuerdo con el Tratado de No Proliferación Nuclear».

Sobre el conflicto afgano, el G8 dijo que en la Conferencia de Kabul a celebrar en julio el Gobierno de Hamid Karzai debería presentar «sus planes detallados y mostrar un progreso tangible de la implementación de los compromisos» en materia de corrupción, narcotráfico, derechos humanos y reformas judiciales y militares.

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