El sector petrolero afirma que introducir un impuesto «verde» en los carburantes generaría un «desvío perverso» de recursos

El sector petrolero considera que gravar con un impuesto «verde» a los carburantes generaría un «desvío perverso» de recursos, fomentaría el derroche energético y la ineficiencia, y es «inconsistente».

De este modo reaccionó ante las recientes propuestas de creación de una tasa impositiva sobre los carburantes de automoción para financiar el desarrollo de las energías renovables.

En el último número del Boletín de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), esta organización considera que «no se debe financiar una energía con un uso determinado a costa de otra con un uso final distinto». A su juicio, «pretender que un tipo de energía financie otra es inconsistente».

Según esta organización, la creación de una nueva tasa sobre los carburantes fomentará la ineficiencia y el derroche energético.

«Se pretende seguir vendiendo barato un producto caro, lo que ha generado un déficit del orden de 15.000 millones», dijo en alusión al déficit de tarifa eléctrica acumulado. «No trasladar el precio final de la energía eléctrica ni sus costes verdaderos manda un mensaje equivocado al consumidor», añadió.

La recaudación fiscal de los hidrocarburos líquidos supone unas diez veces más que la de la electricidad. En 2009, según datos de la Agencia Tributaria, el sector petrolero aportó al Estado sólo en impuestos especiales más de 10.000 millones de euros, mientras que los del sector eléctrico fueron de casi 1.300 millones de euros en este periodo. Los carburantes soportan adicionalmente el impuesto de venta minorista sobre determinados hidrocarburos, que en 2009 representó 1.200 millones de recaudación. Además, hay que añadir el IVA que se aplica a ambos impuestos, por lo que el total recaudado por los carburantes en 2009 fue de 14.250 millones de euros frente a menos de 1.500 de la electricidad.

Por ello, según la AOP, «añadir un impuesto de estas características generaría un incremento de la carga impositiva, cuando ya en torno a la mitad del precio de los carburantes de automoción son impuestos».

En cuanto a las mejoras medioambientales relacionadas con los combustibles, la AOP incidió en que ya «se están consiguiendo en dos áreas: en las refinerías, mediante el ahorro energético y la producción de carburantes que posibilitan menores emisiones (como los biocarburantes), y en los propios motores de los vehículos».

Por otro lado, «los fabricantes de vehículos están mejorando la eficiencia y reduciendo sus emisiones de gases de efecto invernadero, con unos objetivos muy ambiciosos marcados por la UE».

En definitiva, el sector entiende que aplicar una tasa a los carburantes para fomentar otras energías no es sostenible y generaría un «desvío perverso de recursos de los consumidores» dedicados al transporte para destinarlo a la subvención de otros sectores.

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