¿Cuándo y cómo acabará la crisis? Esa es la pregunta que se plantean millones de españoles a diario. También es el título del último libro del catedrático de economía Ramón Tamames (Madrid, 1933), que visitado Periodista Digital para presentarlo. Este ex diputado y firmante de la Constitución Española, explica que:
Han pasado ya tres años de verdadera crisis y se puede decir que nos queda mucho tiempo de problemas. Es una recesión, ya se habla internacionalmente de la Gran Recesión, y yo diría que en España estamos incluso en la depresión.
En su opinión, el optimismo que muestra el Gobierno ante la evolución de la crisis:
Pura demagogia, populismo barato. Y aquí ni hay brotes verdes ni cosa parecida.
Cuenta en el libro, y lo recuerda en la entrevista, que en 2009 Zapatero:
Me dijo: «Ramón es que no os enteráis, estamos mejor que nadie y vamos a salir de la crisis antes que nadie». Estas cosas las dice un iluminado que piensa que es Superman, y luego resulta que no tiene ni idea de lo que está pasando.
Propone reformas como la autofinanciación de sindicatos y CEOE, reducir el número de funcionarios o redefinir las competencias de las Comunidades Autónomas. A pesar de que son medidas que pueden generar mucho rechazo en sectores muy influyentes, se muestra seguro de que:
El próximo Gobierno no va a tener más remedio que hacerlo. ¿Por qué? Por que llega la hora de la verdad.
Defiende que hay que reducir el número de días que se aplica a las indemnizaciones por despido. Propone:
Que entremos en la media europea, que son seiscientos días máximo, y estamos en mil doscientos, que es una herencia del Franquismo, tan denostado. Pero los sindicatos tendrían que poner a Franco una foto en sus sedes diciendo «este es el que nos dio los 1.200 días, los 45 días por año trabajado, el que nos dio las magistraturas de trabajo, que nos dan la razón siempre», etcétera.
Ramón Tamames considera que la economía española:
Está intervenida por todas partes, esto es una especie de atadijo. Todo está atado y bien atado, como decía también Franco. Ahí sigue, ahí tenemos un franquismo sociológico.
Tenemos una plétora burocrática repelente.