La Reserva Federal inicia otro programa monetario para estimular la economía

La Reserva Federal inicia otro programa monetario para estimular la economía
En la imagen, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke. EFE/Archivo

La Reserva Federal, que el mes pasado de forma insólita prometió que mantendrá hasta mediados de 2013 el tipo de interés de corto plazo en niveles bajos sin precedentes, anunció hoy un canje de 400.000 millones de dólares para conservarlo bajo a largo plazo.

Al término de su reunión de dos días, el Comité de Mercado Abierto, que dirige la política monetaria de Estados Unidos, indicó que hasta fin de junio de 2012 canjeará bonos del Tesoro con vencimiento en menos de tres años por bonos con vencimiento entre seis y 13 años.

Los mercados, que ya esperaban esa medida no convencional, reaccionaron mal y en la media hora siguiente cayeron todos los índices de valores.

El comunicado emitido al término de la reunión señala que el crecimiento económico sigue siendo lento y continúa la debilidad del mercado laboral.

El Comité añadió que la tasa de desempleo sigue siendo alta, el gasto de los hogares ha crecido a un ritmo modesto, la inversión en estructuras no residenciales continúa siendo débil y el sector de la vivienda permanece deprimido.

Por otra parte la inversión empresarial en equipos y tecnología sigue creciendo, la inflación parece haberse moderado y las expectativas de inflación a largo plazo se mantienen estables, según la Reserva Federal.

En una decisión dividida -con siete miembros a favor y tres en contra- el Comité confirmó que mantendrá «por lo menos hasta mediados de 2013» su política monetaria que, desde diciembre de 2008, mantiene en menos del 0,25% la tasa de interés de referencia.

El canje de bonos -que ya se probó a comienzos de la década de 1960 y se conoció con el nombre de «twist» (giro) por un baile popular entonces- permite que los inversionistas y los mercados tengan una expectativa de bajas tasas de interés a largo plazo.

El propósito es rebajar o mantener bajos los tipos que se pagan en los préstamos hipotecarios, para la compra de vehículos automotores u otros bienes duraderos, con la esperanza de inducir a los consumidores a que gasten más y a las empresas a que aumenten sus inversiones.

En 1961 un programa similar redujo las tasas de interés de largo plazo en apenas un 0,15 de punto porcentual, y muchos economistas dudan de que el «twist» actual tenga un impacto sustancial teniendo en cuenta que el rendimiento en los bonos del Tesoro a 10 años ya está en niveles históricamente bajos.

El comunicado dice asimismo que la Reserva Federal, que durante la crisis financiera después de 2008 adquirió títulos hipotecarios de alto riesgo, reinvertirá el producto de la venta de esos títulos que vayan venciendo para adquirir más deuda hipotecaria.

Estas acciones responden, según la Reserva, «a significativos riesgos de deterioro en el panorama económico, incluidas las tensiones en los mercados financieros globales».

El lunes pasado los dirigentes del Partido Republicano en el Congreso enviaron al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, una carta, casi sin precedentes también, instándole a que no adoptara más medidas monetarias que faciliten el crédito.

Según ellos la confianza de los consumidores y la innovación laboral deberían ser los motores de la economía de Estados Unidos, y no la política del banco central.

Las medidas adicionales de relajamiento de la política monetaria se producen en medio de indicios de que la economía estadounidense está al borde de una doble recesión, con un desempleo que supera el 9 por ciento.

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