El banco estadounidense JPMorgan cerró el ejercicio 2011 con un beneficio neto récord de 18.976 millones de dólares (14.825 millones de euros), lo que representa una mejora del 9% respecto al año anterior, a pesar de que en el último trimestre del ejercicio la entidad registrara un retroceso del 23% en sus resultados lastrada por su división de banca de inversión.
La cifra de negocio del mayor banco estadounidense por activos alcanzó los 97.234 millones de dólares (75.964 millones de euros) en 2011, lo que supone un 5% menos, mientras que las provisiones por riesgo de crédito ascendieron a 7.574 millones de dólares (5.917 millones de euros), un 54% por debajo del dato de 2010.
No obstante, en el cuarto trimestre de 2011, JPMorgan obtuvo un beneficio neto de 3.728 millones de dólares (2.912 millones de euros), un 23% menos que en el mismo periodo de 2010 y un 13% por debajo de sus resultados del tercer trimestre.
Asimismo, los ingresos del banco sumaron 21.471 millones de dólares (16.774 millones de euros) entre octubre y diciembre, un 18% menos que hace un año y un 10% por debajo del dato del trimestre precedente.
En lo que respecta a las partida por pérdidas de crédito, la entidad de Wall Street provisionó 2.184 millones en el último trimestre de 2011, un 28% menos que en el mismo periodo de 2010 y un 9% menos que en el tercer trimestre.
Los resultados de JPMorgan en el último trimestre reflejan la caída del 30% en la facturación de su unidad de banca de inversión, lastrada por la caída de las comisiones de intermediación, hasta obtener un beneficio un 52% inferior al del mismo periodo de 2010.
Por su parte, la división de tarjetas de crédito facturó un 5% menos y redujo un 32% sus ganancias, mientras que el beneficio de la de gestión de activos fue un 40% menor. Por contra, la división de servicios financieros minoristas ganó un 16% más y la de banca comercial un 21% más.
«Consideramos que estos resultados son razonables dado el entorno, aunque en el caso del cuarto trimestre sean moderadamente decepcionantes», admitió el presidente y consejero delegado de la entidad, Jamie Dimon, quien, sin embargo, aprecia cierta recuperación de la economía y signos de mejora en la demanda y calidad del crédito.
