Las quejas de las entidades se deben a la incertidumbre que ha generado el supervisor con el comunicado impreciso, en el que da lugar a cualquier tipo de conjetura sobre la situación y la capacidad de cada una de ellas.
Escribe F. Tadeo en ‘El Economista’ que fuentes internas de distintos grupos le han confesado que el Banco de España ha creado una imagen desastrosa sobre el sistema español, impropia de un regulador.
Consideran que tendría que haber detallada caso por caso sus planes y sus posibilidades para realizar las dotaciones para cubrir las pérdidas inmobiliarias. Y haber concretado a qué entidades se les ha solicitado medidas adicionales.
El Banco de España anunció a última hora del martes que daba por buenos todos los proyectos presentados por la entidades, en los que se incluyen cinco operaciones de fusión, salvo el de Novagalicia, a la que le da hasta septiembre para encontrar inversores privados sin ayudas y evitar la subasta.
La entidad gallega ha pedido un Esquema de Protección de Activos (EPA) de 27.000 millones para que fondos de inversión compren entre el 20 y el 49% del capital en manos de Estado, condición indispensable para que desembolsen entre 500 millones y 1.000 millones de euros.
Eso sí, el supervisor matizaba que en algunos casos había reclamado iniciativas extras a las contempladas para asegurar el cumplimiento de las exigencias y corregir «desviaciones» sobre las estimaciones.
Las protestas del sector alcanzan las cuestiones de forma. No entienden cómo a pocos minutos de emitir el comunicado, desde el Banco de España se les asegurara, en algún caso, que la publicación se retrasaba a la jornada siguiente.
