El rescate a España provocaría una brutal pérdida de confianza no solo en nuestro país sino en toda la Eurozona, algo que Europa tampoco se puede permitir
Con una prima de riesgo desbocada, y el interés del bono a diez años en máximos históricos (esta misma semana superaba por primera vezel 7,5%), cada vez resulta más difícil para nuestro país poder financiarse de forma convencional.
Explica Unai Mezcua en ‘ABC’ que el insostenible interés de nuestra deuda prácticamente nos ha cerrado las puertas de los mercados y, de continuar el acoso, únicamente nos quedarían tres salidas:
1- Que el Banco Central Europeo (BCE) compre nuestra deuda soberana
Es la solución que prefiere el Gobierno español y la inmensa mayoría de analistas, ya que, como explica José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España «no tiene contrapartida», y es rápida. Además, su eficacia está probada, puesto que el organismo presidido por Mario Draghi ha intervenido de esta forma en anteriores ocasiones, hasta el punto de que acumula en sus balances 211.500 millones de euros en bonos soberanos de países de la eurozona.
2- Que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) compre nuestra deuda soberana
El FEEF fue creado el 9 de mayo de 2010 para «salvaguardar la estabilidad financiera en Europa, otorgando ayuda financiera a los estados de la Eurozona que lo precisen». Estaba previsto que fuera sustituido por el más ágil Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) el pasado 1 de julio, pero el Tribunal Constitucional alemán provocó que se retrasara hasta septiembre, al anunciar que no se pronunciará sobre su legalidad -y, por tanto, sobre si Alemania debe apoyarlo o no- hasta el día doce de ese mes.
3- Solicitar el rescate total
La solución que nadie quiere. El último en descartarla, anteayer mismo, fue el ministro de Economía, Luis de Guindos. A juicio de los expertos, sería innecesaria si se aplicara alguna de las medidas anteriores, lo que también sería preferible puesto que Europa, con las cifras en la mano, no se puede permitir un rescate total de España.
NOTA.- Si finalmente y, en último extremo, nuestro país tuviera que ser rescatado, se tendría que producir una quita de parte de la deuda, esto es, dejar de pagar a algunos de nuestros acreedores, algo que provocaría una brutal pérdida de confianza no solo en nuestro país sino en toda la Eurozona, algo que Europa tampoco se puede permitir.