Espera ingresos extras de 22.100 millones con la subida del IVA
El Gobierno Rajoy prevé realizar un ajuste, entre incremento de ingresos y reducción de gastos, de 13.118 millones en 2012, 39.000 millones en 2013 y 50.100 millones en 2014, lo que supone un total 102.149 millones de euros en tres años.
En estos cálculos se incluyen los 65.000 millones de euros del decreto del mes de julio. La Comisión Europea confía en que los recortes sirvan para «apuntalar» el objetivo de déficit.
En estos cálculos se incluyen el Real Decreto del pasado 30 de diciembre, que tuvo continuidad en los Presupuestos para 2012, el Real Decreto de julio, que contemplaba un ajuste de 65.000 millones de euros, así como los planes de reequilibrio de las comunidades autónomas y los ayuntamientos.
Así aparece en el Plan Presupuestario para 2013 y 2014 remitido por el Gobierno a Bruselas como contrapartida a la relajación de los objetivos de déficit, en el que no se menciona la necesidad de adoptar medidas adicionales de ajuste.
Se cuantifica en cambio que el aumento del IVA porporcionará ingresos extra de 2.300 millones de euros este año, de 10.134 millones de 2013 y de 9.670 millones en 2014.
Las medida de racionalización de las Administraciones Públicas permitirán ingresos adicionales de 3.723 millones en 2013 y de 5.300 millones en 2014, que se suman a los 5.200 millones por la eliminación de la paga extra de Navidad a los funcionarios.
Asimismo, la reforma de la Administración Local en ciernes permitirá un ahorro de 3.500 millones de euros en 2013 y de 5.500 millones al año siguiente.
La reseña del Consejo destaca que este plan responde al compromiso adquirido con la UE y cuyo principal objetivo es anunciar las medidas que servirán para cumplir con la consolidación fiscal.
El plan recoge una caída del PIB del 0,5% en 2013 y un crecimiento del 1,2% en 2014 «gracias a la paulatina recuperación del consumo privado y de la inversión y las reformas estructurales emprendidas».
Además, indica que el déficit el año que viene será del 4,5% del PIB y del 2,8% en 2014.
Respuesta en octubre
La Comisión Europea examinará «en detalle» los presupuestos para los dos próximos años con los que el Gobierno prevé un ahorro de más de 102.000 millones de euros de aquí a 2014 y, si bien no prevé ofrecer una evaluación completa hasta octubre, confía en que los recortes sirvan para «apuntalar» el objetivo comprometido con la Unión Europea de rebajar al 2,8% del PIB el déficit en 2014.
«La Comisión celebra la adopción por parte de España del plan presupuestario multianual y lo analizará en detalle», ha dicho a Europa Press el portavoz comunitario Antoine Colombani.
El examen de los ajustes se enmarcará dentro de la evaluación de las medidas efectivas contempladas en las recomendaciones a España dentro del procedimiento por déficit excesivo que le abrió Bruselas y para el que está previsto en octubre una evaluación.
«Esperamos que el plan apuntale totalmente los objetivos (de reducción de déficit)».
Los ministros de Finanzas de la UE acordaron a principios de julio conceder al Gobierno una prórroga de un año para cumplir con sus compromisos de déficit, dejando para 2014 la rebaja al 2,8% del PIB, con una reducción al 6,3% en 2012 en lugar del 5,3 exigido inicialmente y al 4,5% en 2013.
TEXTO DE LA CARTA A LA UNIÓN EUROPEA
Tal y como ha desvelado en su comparecencia de este viernes 3 de agosto de 2012, tras el Consejo de Ministros, Mariano Rajoy ha dirigido una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que le detalla la postura del Gobierno español en debate que actualmente agita la zona euro:
«ESTRATEGIA PARA RESOLVER LA ACTUAL TENSIÓN EN LA ZONA EURO»
El Consejo Europeo del pasado 28 y 29 de junio dio los primeros pasos en el diseño de la hoja de ruta necesaria para resolver la crisis actual a la que se enfrenta la moneda única.
Aquellas decisiones son claves en un momento de gran inestabilidad como el actual y en vísperas de la celebración de un Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se espera que sea decisivo.
En concreto se alcanzó un acuerdo sobre elementos a medio y corto plazo y definió la tarea a realizar en los próximos meses hasta final del año.
En primer lugar, se elaborará una hoja de ruta pormenorizada y acotada en el tiempo para la consecución de una auténtica Unión Económica y Monetaria. Ello implica avanzar en dos ámbitos:
Alcanzar la integración bancaria plena, con un esquema de supervisión centralizado, un esquema de garantía de depósitos común y una autoridad y marco de liquidación de entidades europeos
Integración fiscal, que supondría una mayor centralización de las decisiones presupuestarias de los estados miembros y, de forma correlativa, la centralización de las emisiones de deuda europea.
En segundo lugar, a más corto plazo, los países europeos alcanzaron además un doble compromiso.
El primero, avanzar hacia la recapitalización directa de los bancos, una vez exista un mecanismo único de supervisión. El Consejo debe considerar propuestas sobre este punto, con carácter urgente, antes de final de año.
Hacer lo que sea necesario para asegurar la estabilidad financiera de la zona euro, en particular usando los instrumentos europeos de manera flexible y eficiente para estabilizar los mercados de los estados miembros que respeten sus obligaciones en el marco del procedimiento de déficit excesivo, del procedimiento de desequilibrios macroeconómicos y de las recomendaciones específicas del Consejo en el semestre europeo.
De forma más precisa, para materializar de forma efectiva los compromisos anteriores es necesario que en los próximos meses, y sin duda antes de finalizar 2012, concluimos las dos siguientes tareas.
En primer lugar, definir de forma ambiciosa tanto el horizonte temporal como el contenido de la unión bancaria y la unión fiscal. Esta tarea debe concluirse antes de finalizar el año.
Respecto a la unión bancaria, el Gobierno Español considera que el avance hacia una supervisión única, debe hacerse de forma rápida, de manera que el nuevo esquema esté aprobado antes de diciembre de 2012.
Sistema único de supervisión de la zona euroDesde nuestro punto de vista se debería crear un Sistema Único de Supervisión de la Zona Euro, similar al régimen actual de la política monetaria.
La supervisión bancaria pasaría a ser competencia del Sistema (BCE y representantes de supervisores nacionales), que establecería la regulación y las prácticas de supervisión en la zona euro. Los supervisores nacionales ejecutarían las funciones del Sistema, bajo su control y coordinación.
Este Sistema de Supervisión será de aplicación a todos los bancos de la zona euro, para evitar diferencias de trato y generar confianza.
Para establecer una unión bancaria completa es necesario crear además un sistema de garantía de depósitos y una autoridad de reestructuración y liquidación bancarias que operen en toda la zona euro.
Estos instrumentos podría financiarse parcialmente ex ante por los bancos a través de tasas o contribuciones, y contarían también con acceso a los recursos del MEDE y del Banco Central Europeo.
Respecto a la unión fiscal, el objetivo debería ser que esté completamente en funcionamiento en un horizonte temporal cercano en el tiempo. A ese objetivo se llegaría, al igual que sucedió con el proceso de Maastricht, en etapas.
Sólo los Estados que cumplieran todos los criterios pasarían a la última fase. Este enfoque gradual permite minimizar la mutualización de deuda en las primeras fases, e ir avanzando a medida que se confirma el compromiso de los países con la disciplina fiscal.
Recapitalización directa de la banca
La segunda tarea derivada de las conclusiones del Consejo, en concreto de la Eurocumbre, que complementa la anterior con el objeto de garantizar la estabilidad de la moneda única, se refiere a dos ámbitos: recapitalización bancaria y estabilización de los mercados.
En relación con la recapitalización bancaria y de forma simultánea a los avances en la creación de un mecanismo de supervisión único, es necesario dar de forma inmediata los pasos necesarios para que la misma sea una realidad cuanto antes.
El objetivo último de esta forma de suministrar recursos directamente a las entidades financieras, es la separación total del riesgo bancario del soberano.
Una pronta puesta en marcha de un esquema que permita este tipo de actuaciones es esencial para avanzar en la solución de la crisis actual y además sienta las bases de un mecanismo sólido para resolver este tipo de situaciones en el futuro.
Asimismo es necesario tomar lo antes posible las decisiones necesarias para poner en práctica el compromiso de la Eurocumbre de hacer todo lo necesario para asegurar la estabilidad financiera del euro mediante la intervención decidida y definitiva de la Zona Euro.
Los efectos de las reformas que los estados miembros sometidos a mayor presión de los mercados estamos llevando a cabo, solo tendrán los efectos deseados si se ponen en marcha mecanismos para eliminar las primas de riesgo por tipo de cambio (riesgo de ruptura del euro) y de liquidez (riesgo de impago) que existen en la actualidad, derivadas de los riesgos de ruptura de la moneda única. Las primas de riesgo deben ser coherentes con los fundamentos de la economía, en línea con lo que el FMI ha señalado recientemente.
Las varias medidas e inyecciones de liquidez ensayadas desde agosto de 2011 no han permitido garantizar suficientemente a los mercados la integridad de la unión monetaria.
Por tanto, medidas puntuales o poco profundas, que sólo actúan de manera temporal para suministrar liquidez o reducir el sobreprecio de la deuda soberana acaban empeorando la situación unos meses más tarde.
Las medidas que se adopten deben ser lo suficientemente profundas, contundentes y sostenidas en el tiempo para conseguir un efecto sobre las primas de riesgo y por un periodo lo suficientemente largo para los países que cumplan sus compromisos europeos. Ha de percibirse como una solución definitiva de la actual crisis.
En la cumbre de la zona del euro de 29 de junio, se acordó que el instrumento más adecuado para corregir estas deficiencias de los mercados en la fijación de los precios a los que enfrenta unos países frente a otros, son las compras en los mercados.
Este instrumento estaría disponible para los Estados Miembros que respetaran sus Recomendaciones Específicas bajo el Semestre Europeo, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y el Procedimiento de Desequilibrios Macroeconómicos Excesivos.
El anuncio reciente de la posibilidad de dotar al ESM de una ficha bancaria, complementaría, refuerza de forma muy eficaz esta idea.
En todo caso el mecanismo que se ponga en práctica debe ser un mecanismo paraguas, es decir, que se aplique por igual a todos los países que cumplan sus requisitos.
En definitiva es imprescindible poner en marcha los acuerdos alcanzados en el Consejo Europeo y en la Eurocumbre de finales de junio. El plazo para ello (reunión del Eurogrupo de 9 de julio) ya ha pasado y los mismos aun no se han materializado. Por ello, creo necesario que se convoque una reunión del Eurogrupo, lo antes posible.
En ella, el Eurogrupo debería tomar las decisiones necesarias para garantizar la irreversibilidad del euro. Sólo así Europa entraría en una vía de mayor estabilidad, mostraría su compromiso con la moneda única y contribuiría, de esta forma, a reducir las tensiones que se concentran especialmente en alguno de los miembros del euro.
En conclusión, vivimos un momento crítico para el euro. Y todos, como ya estamos haciendo, debemos perseverar en la puesta en marcha de todas las medidas necesarias para garantizar su pervivencia. La moneda única, sin duda ha contribuido en sus años de existencia a aumentar el bienestar de nuestros ciudadanos.
El fracaso del euro es el fracaso del mercado interior y de la Unión Europea en su conjunto. Y ello más allá de las consecuencias inminentes de la ruptura.
El proyecto de integración europea es lo que da a Europa su posición en el mundo y nuestro futuro, hoy más que nunca, depende críticamente de avanzar en esta integración.»