Draghi anuncia que la entidad comprará deuda soberana "sin límites" a cambio de estrictas condiciones
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha puesto en bandeja a la canciller alemana, Angela Merkel, su «agenda reformista», «sello de identidad» de su mandato con el que quiere abrir la puerta a la aprobación de un rescate suave.
Este 6 de septiembre de 2012, en rueda de prensa desde el Palacio de la Moncloa y tras casi dos horas de reunión con la presidenta federal alemana, Rajoy ha evitado pronunciarse sobre la compra de deuda anunciada por el presidente del BCE, Mario Draghi, y se ha limitado a recalcar que su Ejecutivo seguirá con la «senda» de reformas estructurales con la que prevé reducir el déficit público y crear más empleo.
Merkel, por su parte, ha manifestado estar «impresionada» por el «ritmo y consistencia» de las reformas practicadas por España y ha negado haber puesto condiciones a un posible rescate.
Rajoy no ha sido mucho más explícito:
«Cuando tenga alguna novedad se la contaré. Aún no he tenido tiempo de leer la comparecencia de Draghi».
Según el presidente español, Merkel ni se lo ha planteado, aunque España ha puesto de manifiesto su compromiso para seguir adelante con las reformas puestas en marcha con el objetivo prioritario de volver a crecer y crear empleo.
En cualquier caso, Rajoy ha asegurado que no tiene intención de cambiar el «statu quo» de las pensiones, como tampoco lo tenía cuando llegó al poder.
EL BCE
Casi a la misma hora, en que Merkel y Rajoy hablaban en Madrid, Mario Draghi ha anunciado que el Banco Central Europeo (BCE) ha debatido un plan para la compra ilimitada de bonos de los países periféricos que servirá de salvavidas para la financiación de España e Italia.
Sin embargo, los países deben antes tener lista la actuación de los fondos de rescate con una «condicionalidad estricta».
Quien quiera compra de bonos del BCE, debe pedir antes un rescate a sus socios europeos que ponga las condiciones.
Y si un país se sale del camino marcado, el BCE no solo dejaría de comprar, sino que incluso podría vender los bonos en su cartera.
Con ello, Draghi mete presión a España e Italia para que pidan el rescate. Sin embargo, la gran paradoja podría ser que en caso de resultar creíble la amenaza de actuación ilimitada del BCE, las tensiones en el mercado se relajaran, los países con problemas lograran financiarse directamente a costes sostenibles y acabasen no necesitando ni las compras del BCE ni el rescate de sus socios europeos. esa es la gran carambola por la que suspira el Gobierno de Mariano Rajoy.
Hará falta que los países como España o Italia pidan un rescate completo o parcial (la línea precautoria mejorada), dos de las fórmulas de rescate al alcance de los países.
El BCE solo llevará a cabo las llamadas «transacciones monetarias directas» si los países cumplen estrictamente las condiciones que les impongan los socios europeos en los memorandos que regulen las condiciones del rescate.