La nueva nación catalana tendría grandes obstáculos fiscales
Escribe María Cuesta en ‘ABC’ que, cuando el «tirón» sentimental del llamamiento independentista de Artur Mas comenzaba a dar los primeros síntomas de flaqueo, el giro en el discurso del presidente de la Generalitat era de libro.
«En plena crisis económica, tocaba apelar al maltrecho bolsillo de los ciudadanos para sumar adeptos contra Madrid. El germen del agravio económico llevaba años madurando en la sociedad catalana y era una baza políticamente infalible».
Pero los argumentos económicos deben cuadrar con los números y profundizar en las tesis del movimiento independentista supone dejar al descubierto un cúmulo de trampas que no han pasado por alto los principales bancos de inversión internacionales.
La Unión de Bancos Suizos (UBS), el banco japonés Nomura o la entidad norteamericana JP Morgan, verdaderos lazarillos de miles de inversores en todo el mundo, han publicado respectivos informes en los que derrumban buena parte del argumentario utilizado por la Generalitat.
En resumen, más deuda y más déficit, y, por descontado, mayores reticencias de los inversores internacionales hacia un territorio que, independiente, muy previsiblemente estaría fuera del euro y de la Unión Europea.
Es cierto que ese hipotético nuevo estado se quedaría íntegramente con los impuestos que se generaran en el territorio (la Agencia Tributaria recauda actualmente unos 32.000 millones en Cataluña, dinero que iría a parar al nuevo estado si este mantuviera la actual estructura de impuestos).
Dado que en 2012 los ingresos presupuestados de la Generalitat superan los 24.750 millones, la recaudación íntegra para las arcas catalanas supondría unos recursos adicionales de unos 7.250 millones.
Pero esos ingresos serían insuficientes para cubrir los nuevos gastos.
La Cataluña independiente debería asumir la parte correspondiente de la actual deuda públicadel Estado y tendría que hacer frente a nuevos gastos que ahora son cubiertos con la caja común.
El pago de las pensiones, de las prestaciones por desempleo, el servicio de política exterior y la estructura de defensa militar son tan solo unos ejemplos que han sacado a relucir los expertos de la gran banca internacional, que han dejado claro que no se creen la quimera independentista de Mas.
La firma Nomura no duda en dar un baño de realidad al amago del presidente de la Generalitat, Artur Mas:
«La posición financiera de Cataluña sugiere que un referéndum es muy poco posible debido a su dependencia de los fondos estatales».
«¿Puede Cataluña dejar España? La respuesta corta es no». Así de tajante se muestra el banco suizo de inversión UBS en un informe repartido entre sus clientes y en el que desmonta uno a uno los argumentos económicos esgrimido por Mas en su pulso independentista.
El banco estadounidense JP Morgan dispara al corazón del discurso independentista: a las supuestas ventajas económicas de la Cataluña como país.
«Cataluña no mejoraría su senda fiscal en un entorno de independencia».
En su reciente informe titulado «El desafío catalán formula preguntas reales a Europa», la entidad considera que el supuesto apoyo mayoritario de los catalanes a la secesión no es creíble, destaca la ilegalidad de un referendum independentista en Cataluña, afirma que, en caso de secesión, Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea y pone negro sobre blanco que CiU, en realidad, se conformaría con una mayor autonomía fiscal para la la región.