La electrificación fue un invento mucho más importante, por ejemplo, que Internet
El Premio Nobel de Economía 2008 y profesor de la Universidad de Princeton, Paul Krugman, asegura que la desigualdad de ingresos continúa creciendo, esta dinámica puede provocar una guerra de clases en el futuro.
Krugman comenta en un artículo titulado «¿Se ha terminado el crecimiento?» y que publica en el suplemento económico Negocios de ‘El País’, que los organismo oficiales prevén que el crecimiento económico en el futuro será muy similar al del pasado.
«Se prevé que la productividad aumente a un ritmo no muy diferente del de su crecimiento medio desde la década de 1979».
Krugman no se muestra muy conforme con esta visión, porque lo único que han hecho los organismos internacionales es creer que «el futuro se parecerá al pasado».
Pero el Premio Nobel opina que sabemos muy poco sobre el crecimiento a largo plazo y no se pueden hacer previsiones exactas.
«A día de hoy, la desigualdad de ingresos sigue aumentando vertiginosamente, estamos ante un futuro distópico en el que se producirá una guerra de clases, y no es algo que los organismos gubernamentales quieran plantearse».
El futuro es incierto, porque puede que el futuro las máquinas sean capaces de realizar tareas que ahora exigen mucho trabajo humano. Esto afectará directamente a la población y a su nivel de renta.
«El crecimiento económico a largo plazo no ha sido un proceso continuo: ha sido impulsado por varias ‘revoluciones industriales’ específicas, cada una de las cuales estaba basada en un conjunto concreto de tecnologías».
«La primera revolución industrial, basada en gran medida en el motor de vapor, impulsó el crecimiento a finales del siglo XVIII y a principios del XIX. La segunda, que resultó posible, en gran parte, por la aplicación de la ciencia a tecnologías como la electrificación, la combustión interna y la ingeniería química, empezó en torno a 1870 e impulsó el crecimiento hasta la década de 1960. La tercera, centrada en torno a la tecnología de la información, define nuestra época actual».
«¿Quién se beneficiará de ese crecimiento? Por desgracia, es muy fácil sostener el argumento de que la mayoría de los estadounidenses se quedarán atrás, porque las máquinas inteligentes acabarán devaluando la contribución de los trabajadores, incluidos los trabajadores cualificados cuyas habilidades se volverán superfluas repentinamente».
«La cuestión es que existen buenas razones para pensar que la opinión generalizada reflejada en las proyecciones presupuestarias a largo plazo —unas proyecciones que determinan todos los aspectos de la actual discusión política— es totalmente errónea».