La obra se inició hace 10 años para llevar el AVE a Asturias y no se termina nunca

Se han gastado ya 3.200 millones del contribuyente en un gran túnel que sigue sin abrirse

Las perforaciones han originado hasta trasvase oculto de León a Asturias

Tras más de 10 años, casi media docena de ministros de Fomento y unos 3.200 millones invertidos, los túneles siguen sin fecha de apertura

Los desvelaba este 9 de junio de 2013 Rafael Méndez en ‘El País‘, en un detallado reportaje, que pone los pelos de punta y ya ha generado una ola de protestas en las redes sociales.

Se titula la pieza «El gran túnel de Pajares naufraga» y comienza explicando que en
 el norte de León, en la frontera con Asturias, los ríos no corren como antes. Y no volverán a hacerlo.

«Los túneles de Pajares, el tramo más complejo y caro del AVE de España, han desviado el agua hacia Asturias. La obra ha pinchado 20 acuíferos, lo que ha contribuido a elevar su coste a 3.200 millones de euros, el triple de lo inicialmente previsto. Más de 60 millones por kilómetro».

Como lo oyen. El ambicioso plan de meter de verdad el tren bajo los Picos de Europa -dos tubos de 25 kilómetros de largo y otro auxiliar-, es de momento un fiasco. Lo que iba a ser séptimo túnel ferroviario del mundo y el segundo de España está empantanado entre filtraciones y taludes que se deslizan.

Los pasajes están horadados desde 2009, pero siguen sin fecha de apertura.

La obra -como subraya Rafael Méndez en ‘El País‘- es un espejo de la última década de España y de los desaguisados que producen los vaivenes políticos y económicos en este país de enchufados y negocietes.

Se licitó en 2003, con el asturiano Francisco Álvarez Cascos como ministro de Fomento, con un presupuesto de 1.085 millones de euros y un plazo de ejecución de cinco años.

Un año después, Cascos y Rodrigo Rato, ministro de Economía, colocaronn una simbólica primera piedra.

En julio de 2005 Zapatero acudió a la puesta en marcha de las tuneladoras y anunció muy ufano que el tren entraría en servicio en 2009 y que para 2010, el viaje Oviedo-Madrid se haría en 2 horas y 12 minutos.

El 24 de noviembre de 2005 se produjo una irrupción brusca de agua y lodo por el frente de excavación a la que siguieron dos, el 16 y el 19 de enero de 2006. Fueron las primeras de una serie de incidentes con el agu, que han terminado empantnando el proyecto.

Prueba de que no se había previsto el problema es que la declaración de impacto ambiental, de 2002, no se preocupaba por el agua subterránea.

Los hidrogeólogos revelaron que las obras habían perforado 20 acuíferos y que los túneles drenaban tanta agua como la que lleva en verano el río Bernesga, en la vertiente leonesa, uno de los dos que se nutre de esas aguas subterráneas. Como los túneles tienen pendiente hacia Asturias, el caudal va al norte.

El resultado es un trasvase oculto y subterráneo de entre 10 y 12 hectómetros cúbicos al año desde la cuenca del Duero al Cantábrico.

Y ahí sigue la cosa, tirando dinero y sin saber qué hacer.

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