Que el petroleo pase de 120 dólares a 70 es estímulo económico del bueno

La vertiginosa caída del precio del crudo quita trabajo al Gobierno Rajoy

Las tareas que no ha hecho el Ejecutivo de Mariano Rajoy en materia de impuestos se lo va a hacer, en cierta medida, el fracking, la sobreproducción o el dumping de la OPEP para acabar con las empresas de fracking

La vertiginosa caída del precio del crudo quita trabajo al Gobierno Rajoy
Pétroleo, crudo, energía, reservas y economía. PD

La bajada del petróleo no se nota de inmediato en las gasolineras pero reactivará la economía española

El anális es de Víctor Alvargonzalez, director de inversiones de Tressis SV, y aparece este 2 de diciembre de 2014 en ‘El Economista’:

Decía Napoleón que quería generales que, además de capacitados, tuvieran buena suerte. Miraba su currículo, pero también preguntaba por su fama: ¿eran conocidos por giros inesperados y favorables de buena suerte o tenían fama de gafes?

El caso es que, si la forma de salir del bajo crecimiento en el que nos movemos es encomendarnos al Banco Central Europeo (BCE), vamos dados. El lapso de tiempo mínimo para que se note en la economía real es de seis meses.

Y acaban de empezar. Crecer al 1% o incluso 2% anual es insuficiente para solucionar el problema del desempleo en España.

Si no hay dinero en el bolsillo de los españoles, una economía como la nuestra no va a crecer al 3% necesario para una reducción rápida y significativa del paro. Nuestra economía depende en más de un 70% del consumo interno, es decir, que se llenen grandes almacenes, restaurantes y comercios de todo tipo.

Y por mucho dinero que se ponga a disposición de los bancos para préstamos, no van a tener ni la demanda ni las ganas de prestar en un entorno incierto. Ni los empresarios y ciudadanos de pedirlos. Y no nos encomendemos tanto al turismo, porque es estacional.

La combinación perfecta habría sido que el estímulo del BCE llegara unido a una verdadera bajada de impuestos, pagada con cargo a los michelines y duplicidades del Estado. Pero, por los motivos que sean, aquí a los únicos que de verdad han perdido no ya michelines, sino puro músculo, son los ciudadanos (a base precisamente de impuestos).

Se nota poco, pero se nota

La cosa pintaba mal hasta que – y aquí llega el factor suerte – empieza a bajar el precio del petróleo. Cierto: no se nota de inmediato en las gasolineras, por ese sistema que hace que las subidas se trasladan de inmediato al consumidor, pero las bajadas no. Pero se nota.

Y lo mejor: se seguirá notando, incluso aunque el petróleo estabilice su caída, porque si las subidas se trasladan ipso facto, las bajadas se aplican de forma gradual. Y con lo que ha caído el precio del crudo, queda margen de bajada en la gasolina.

No tengo espacio para explicarles por qué cae el precio del petróleo, ni por qué podría caer más. Pero lo que importa es que el trabajo que no ha hecho el Gobierno en materia de impuestos se lo va a hacer, en cierta medida, el fracking, la sobreproducción o el dumping de la OPEP para acabar con las empresas de fracking.

Porque cualquiera que se considere clase media o media alta -los que tienen más capacidad de consumo- y coja papel y lápiz -bueno, hoja Excel, que estamos en 2014- verá que va a pagar más o menos lo mismo (ya saben: te reduzco aquí, te pongo allá y te quito una deducción más allá). Pero no hace falta una hoja «Excel» para ver cómo cuesta menos llenar el depósito.

Diez euros al mes de ahorro en gasolina, por poner un ejemplo, no es mucho. Pero multipliquen por todos los vehículos que hay en España. Y si sigue bajando la gasolina, los diez euros pueden ser quince. Eso es estímulo económico, y del bueno. Además va a coincidir con el susto que lleva en el cuerpo el Sr. Draghi, presidente del BCE, que ve que se va a ir siendo el primer presidente que incumple y por goleada su objetivo de estabilidad de precios.

Encima, la bajada del precio del petróleo pertenece al componente bueno de la deflación, que es como el colesterol: la hay mala y buena. Mala es que cuando las empresas se tienen que traer cada día una idea nueva – la última el Black Friday – para bajar precios sin que se note, porque si no la gente no compra.

Sí, ya sé que el petróleo se paga en dólares, y que el dólar ha subido. Pero ha subido un 8% desde el mes de julio, mientras que el petróleo ha caído un 37% desde inicio del año. Así que algo nos tocará. Y sobre todo al Gobierno, que le ha caído el gordo (estímulo del BCE) y el «cuponazo» (bajada del precio del petróleo) a la vez. El problema es que ambas cosas son de efecto retardado. Ya comentamos que el estímulo monetario tarda en trasladarse a la economía real.

Y sabemos cuál es la sensibilidad -es ironía, pero también el término económico adecuado- del precio de la gasolina a la caída del precio del crudo. Eso si no aprovecha Hacienda para meter algún impuestillo, que alcohol, tabaco y gasolina son el alimento preferido del Ministerio después de las nóminas.

Pero tenemos algo a favor (además de la suerte del Gobierno): se aproximan elecciones y, vistas las encuestas, el primer interesado en que entre dinero, y rápido, en el bolsillo de los españoles, ricos incluidos, no es otro que el Gobierno. Crucemos los dedos.

 

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